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P.G.

El Casal Solleric inaugura esta noche una doble propuesta en sus salas. Por una parte, el Espai Quatre acoge la exposición «Emisiones Peligrosas» de Isaac Montoya y, por otra, y dando cumplimiento a lo que se ha convertido en una tradición después de celebrar Sant Sebastià, el centro presenta una muestra con los finalistas del Premi Ciutat de Palma Antoni Gelabert d'Arts Plàstiques 2005.

Junto a «Caja de Música», la videocreación de la artista Tamara Arroyo, la triunfadora del certamen, la planta baja y el entresuelo del Casal reúnen las veinte propuestas que el jurado designó como finalistas en una edición marcada por el «alto nivel» de los trabajos presentados. Así lo destacó ayer el concejal de Cultura, Rogelio Araújo, que, coincidiendo con esta muestra, presentó también la edición del catálogo que reproduce las obras premiadas y finalistas en la anterior edición del certamen. Araújo estuvo acompañado por el jefe de la Obra Social de la CAM, Joan Daviu; el director general de Artes Plásticas de Cort y responsable del Casal, Joan Carles Gomis; la directora del Espai Quatre, Nieves Cortés, y los artistas Isaac Montoya y Tamara Arroyo.

Precisamente fue la creadora madrileña quien explicó la génesis de su videocreación, «Caja de música». Según señaló Arroyo, la pieza «es una obra que habla sobre la ausencia» y que cierra una serie de trabajos en los cuales «miraba con nostalgia al pasado, en mi infancia, marcada por cambios constantes de residencia». En sólo dos minutos de montaje, la creadora evoca este sentimiento de ausencia a partir de la imagen de un tocadiscos, que se abre como las antiguas cajas de música pero del que no suena ninguna melodía. Sólo se escucha el sonido de la aguja recorriendo la superficie del vinilo virgen.

Montoya, por su parte, reflexiona en el Espai Quatre sobre la idea de la «representación múltiple» y habla de «los peligros de la falta de comunicación y su manipulación» basándose en episodios reales sucedidos en Rusia, Irak y Afganistán.