Las autoridades y organizadores, ayer en sa Llonja.Fotos: TERESA AYUGA

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De familia aristócrata e ideales republicanos, el arquitecto Josep Lluís Sert (Barcelona, 1902 1983), que fue alumno de Le Courbousier y tuvo que exiliarse a Estados Unidos tras la Guerra Civil española, fue «un personaje incómodo», y una figura «difícil y poco mediática», según explicó ayer el arquitecto y catedrático Josep Maria Rovira. Por estas y otras circunstancias, su obra quedó sutilmente relegada al olvido. Ahora, una exposición antológica comienza en Palma su itinerancia, tras su exhibición en la Fundació Miró de Barcelona, para poner al día el valor de sus trabajos e ideas vanguardistas. «Sert. Mig segle d'arquitectura. 1928-1979» se inaugura esta tarde en sa Llonja de Palma.

Comisariada por Jaime Freixa y Josep Maria Rovira, la muestra, que se podrá ver hasta el 21 de mayo, recoge nueve proyectos de Sert, que fue profesor en la Universidad de Harvard, que resumen su trayectoria. Mediante un montaje diáfano y limpio que no compite con el gótico de sa Llonja, la exposición también presenta una selección de su legado arquitectónico dividido en tres etapas, las de Barcelona (1928-1939), Nueva York (1939-1956) y Cambridge (1956-1980).

Sert, como recordó ayer el arquitecto Federico Climent, estuvo muy unido a Balears, especialmente a Eivissa, donde residió durante largas temporadas y donde, en el cementerio de Jesús, quiso que reposaran sus restos. En los años cincuenta, aún en el exilio, visitó Mallorca para conocer in situ el solar donde se levantaría el estudio que diseñaba para su amigo Joan Miró. De esta obra, conocida como Son Abrines y situada en lo que se denomina Territori Miró, en Palma, se cumple este año el cincuentenario.