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LAURA MOYÀ

Tal y como avisó el martes, Leo Bassi entregó ayer por la mañana en la Casa de la Iglesia dos entradas para que Jesús Murgui, obispo de Mallorca, asistiera ayer por la noche a la representación de «La Revelación» en el Teatre de Lloseta. Murgui declinó la invitación y no acudió al estreno, un estreno que transcurrió con normalidad y que llenó el escenario de la Part Forana.

El primer acto de la jornada se celebró por la mañana. En un principio, la intención del actor era entregar las entradas en persona al obispo, por lo que acudió a la Casa de la Iglesia vestido de evangelista con una placa en la que se leía «Leo Bassi. Iglesia de la Razón». Sin embargo, allí le dijeron que Jesús Murgui se encontraba en su residencia, el Palau Episcopal. «He seguido la vía oficial, no he querido acudir hasta la vivienda particular del obispo», afirmó Bassi. De ahí que, al final, el artista tuvo que dar las invitaciones a Rosa Font, la encargada de prensa del Obispado, quien aseguró que se las entregaría a Murgui.

Acto seguido, el bufón manifestó sentirse «satisfecho». «Ha sido un placer, creo que he cumplido una misión. Si el obispo acude, me gustaría poder hablar con él tras la representación para debatir el tema con tranquilidad». Para Bassi, «La Revelación» habla sobre «el papel de la mujer y de la ecología en las religiones monoteístas» y sobre «la libertad para elegir nuestro destino». «Nadie puede hablar mal del espectáculo sin haberlo visto, no digo ninguna calumnia, sólo rindo homenaje al laicismo».

El segundo acto de esta historia se celebró por la noche. Era la hora de la primera representación de «La Revelación», un momento delicado debido a la polémica suscitada en otros lugares del país, incluida Mallorca. La negativa del Obispado a que la obra se programara en el Teatre del Mar hizo que los encargados del escenario palmesano tuvieran que buscar otro lugar para presentar el montaje. Por eso, Lloseta vivió ayer noche un momento delicado que, al final, se resolvió sin incidentes y con una platea a rebosar de curiosos, gente del mundo del teatro y público en general. El obispo no acudió, por lo que la charla propuesta por el artista no podrá celebrarse.