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LAURA MOYÀ

Primero fue el Born, después, la Plaça d'Espanya y, más tarde, Via Roma. Ninguna de las tres opciones parecían antes de Pascua válidas para la celebración de la XXIV Fira del Llibre. «Hubo un momento en que pensamos que tendríamos que anular la edición de 2006. Queríamos estar en el Born pero no encontrábamos una solución», decía ayer Marian Colom, presidenta del Gremi de Llibreters, en la presentación de la Fira. Finalmente, Catalina Cirer, alcaldesa de Ciutat, decidió que el evento debía regresar a su emplazamiento original pero sin el pasillo central entre casetas. Casi dos meses después, la feria se inaugura hoy con el pregón de Jaume Santandreu y con unos diez expositores más. Estará abierta hasta el 4 de junio.

En total, en el Born podrán visitarse 26 estands, de los cuales 13 son de librerías; 5, de editoriales; 1, de empresas de venta a crédito; 2, de servicios; y 6, de organismos oficiales. Los expositores proceden de Palma, Barcelona, Madrid y Valencia. Las características firmas de libro tendrán como protagonistas a autores como Francisco Díaz de Castro, Sylvia de Béjar, Jordi Llavina, Fernando Schwartz o el doctor Eduard Estivill, entre otros. Además de los «Encontres amb escriptors», se celebrará «Los libros de los lectores», donde diferentes personas hablarán sobre las obras que más les han impactado. Una de las curiosidades de este año es la participación de la empresa «Los libros más pequeños del mundo», donde podrán adquirirse ejemplares en miniatura de las obras más destacadas de la literatura. El último domingo se celebrará el Dia del Llibre de Saldo.

Para Juanjo de la Asunción, director de la feria, uno de los problemas que ha sufrido el evento, organizado por Fires i Congressos con la colaboración del Gremi, el Govern y Cort, ha sido «la falta de tiempo», aunque las cosas se han hecho «dignamente». «Somos una Fira muy esclava del espacio», según Colom. Ahora, sólo queda por «ver cómo se desarrolla» y si la desaparición del pasillo central «funciona o no».