Aspecto de la Comisión de Cultura del Congreso, ayer, votando en contra. Foto: O.QUINTANILLA

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OLGA QUINTANILLA |MADRID

Vilajoana no pasó por alto el atractivo que supondría tener estos restos arqueológicos en Mallorca. «Tampoco debemos olvidarnos de la condición de Mallorca como potencia turística, tanto por tener presente el atractivo de este patrimonio para el turismo cultural, como por tener presente la posibilidad de afluencia de un público numeroso e internacional que asistiría curioso a conocer este patrimonio». Para este diputado catalán, las obras de remodelación que se están acometiendo en el Museo Arqueológico Nacional lo mantendrán cerrado durante unos años, por lo que se hace «oportuno» tratar las colecciones en este momento. Vilajoana reafirmó su convencimiento de que la propuesta no iba a ser aceptada, por lo que avanzó que se ha preparado una nueva solicitud en el Parlament de Baleares. «Seguiremos insistiendo, no sólo en este aspecto, sino en esta voluntad de construir conjuntamente esta España plural y pluricultural con esta idea de intentar que el patrimonio cultural se acerque al origen y que seamos capaces de entender que la distribución en el conjunto del territorio de su patrimonio es una riqueza de naturalidad y plurinacionalidad».

No pudo ser. La Comisión de Cultura del Congreso de los Diputados votó ayer en contra de la proposición no de ley relativa al traslado del patrimonio mallorquín depositado en el Museo Arqueológico de Madrid y en la Real Armería. Esta iniciativa de CiU solicitaba al Gobierno que el Ministerio de Cultura iniciase los trámites oportunos para depositar, de manera permanente, los bous de Costitx y las armas del rey Jaume I en el Museu de Mallorca. Asimismo, se rechazó también otro de los puntos del día que pretendía la incorporación del Ministerio de Cultura al Consorci de Pollentia, su participación en la financiación de un museo específico sobre este yacimiento romano y que las piezas halladas en el mismo, que se encuentran en el Museo Arqueológico Nacional, regresen a Alcúdia «cuando se den las garantías científicas adecuadas para su conservación». Mientras no existieran estas garantías, las piezas se depositarían en el Museu de Mallorca.

Treinta y tres votos en contra y tres a favor. Éste fue el resultado de un debate que se prolongó casi media hora. El diputado de CiU por Barcelona, Jordi Vilajoana, se mostró convencido de su propuesta al afirmar que «Mallorca cuenta con un importante legado cultural, histórico, patrimonial y natural. Como es habitual, numerosas piezas de este patrimonio están fuera de la Isla, por lo que atendiendo a su singularidad y valor, resulta oportuno plantear su retorno». Según el parlamentario, el traslado de las piezas ubicadas en Madrid no implicaría un cambio de titularidad, «sencillamente se acercarían al lugar del que provienen y contribuirían al interés e importancia de los museos locales, sin perjuicio de las garantías en su custodia y estudio y estudio científico». En su opinión, el Estado debe asumir «las consecuencias de su carácter autonómico y rectificar las inercias centralistas que reúnen en Madrid las piezas más relevantes».