TW
0

Las preocupaciones que no nos dejan vivir pueden trasladarse a un lienzo a través del látex. O del yute. O del óleo. Y, con ellas, se traslada la esencia de las cosas, su alma, el día a día, la realidad. Las obras de Claudio Capellini quieren mostrar un mundo en el que ese alma se encuentre no por lo que son, si no por lo que les rodea. Ayer, presentó en sociedad su última línea creativa. Fue en la galería Gabriel Vanrell de Palma. La muestra permanecerá en Ciutat hasta el próximo 22 de agosto.

El evento contó con la presencia de amigos y conocidos que no quisieron perderse la puesta de largo de las 31 nuevas piezas del artista de origen argentino afincado en Mallorca. Los presentes pudieron contemplar los pliegues, la densidad de la materia, la fragmentación de las superficies y el color que desprenden sus cuadros. Su visión de la cotidianeidad, que da sentido a su arte. Su manera de alcanzar el sentimiento del espectador a través de las formas que se despliegan en sus piezas.

Su fuente de inspiración, la luz y la fragmentación, se deja entrever en unas obras que nacen de su experiencia vital y que no podrían trasladarse al lienzo en blanco de otra forma. Su lenguaje no quiere invitar a la reflexión, quiere llegar al corazón del espectador. Sin treguas, sin miedos, de forma directa. Elige un punto de observación y ordena todo lo que quiere decir en torno a él. Y, así, nacen unos cuadros que narran la esencia de las cosas.