Mateu Riera, director técnico de la excavación, muestra los hallazgos del silo.

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JOAN SOCIES/PAULA GIRART

Los llamados 'siglos oscuros' de las Illes Balears encuentran un rayo de luz en el yacimiento bizantino de Son Peretó en Manacor. La campaña de este año, que en principio sólo tenía que ser de consolidación y revitalización de las zonas excavadas en años anteriores, ha dejado al descubierto dos silos para almacenar cereales, los primeros encontrados en Mallorca de época bizantina, y cinco tumbas, -una de ellas infantil-, todas ellas halladas en una habitación excavada ya en los años setenta y ochenta.

Estas novedades fueron presentadas ayer por Maria Antònia Mercant, regidora de Cultura; Malen Salas, directora del Museu d'Història de Manacor; Antoni Sureda, regidor de Agricultura, y Mateu Riera, arqueólogo y director de la excavación.

Mateu Riera explicó con gran entusiasmo estos descubrimientos por su importancia arqueológica y histórica, ya que «la época bizantina se caracteriza por la falta de información sobre la vida de sus habitantes, por eso se llaman los siglos oscuros de las Balears». Así, los nuevos hallazgos ayudarán a conocer las formas de vida de los pobladores. «Es la primera vez que se encuentran silos de esta época en Mallorca», añade el arqueólogo. Estos silos consistían en un agujero en la tierra donde se aplicaba una capa de arcilla en sus paredes y con una tapa se podían conservar los cereales durante un año. Una vez ya quedaban en desuso, estos silos se convertían en basureros, cosa que ha servido para la recuperación de abundantes materiales de esta época oscura y destapar antiguos misterios, como, por ejemplo, fragmentos de la muela de un molino o restos de cerámica y cristal.

Entre las importantes novedades también cabe destacar el hallazgo de cinco tumbas, cuatro de adultos y una infantil, en una habitación excavada ya en el año 1982. Estas tumbas estaban excavadas en la roca y tapadas con una losa de opus signinium (es decir, compuesta de arena, calcio y trozos de cerámica) y recubiertas con una capa de mortero. Estas tumbas respetan la tradicional forma de entierro: la cabeza hacia el oeste y las piernas hacia el este.