Miss Kittin estuvo correcta sin más en su actuación.

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JOAN CABOT

Alguien decía que esto de bailar con los pies en la arena «hace verano». Probablemente sea verdad. Can Picafort y la Nit de l'Auba «hacen verano». Se han convertido en parte del paisaje del agosto mallorquín y van mucho más allá de las actuaciones que puedas ver o intuir o de si tal grupo estuvo genial y tal dj algo ramplón. Tanto da porque, como pasa con l'Auba de Son Serra de Marina, lo que realmente importa es que casi quince mil almas, según la Policía Local, se arrejuntan en una pequeña porción del planeta Tierra.

La razón va más allá de que una dj francesa visite la Isla. De hecho, todo eso es una mera excusa para ebotellón, bailar techno en la playa y divertirse. Lo demuestra por ejemplo el hecho de que los grupos de rock que tocan antes de los djs suelen transitar por el escenario como si nada. Aunque, según los cronistas, Men estuvieron incommensurables. Hacen rock sin trampa, y tienen un gran aliado en su actitud. Algo de lo que carecen muchas bandas, pero que en ellos es natural: te los crees.

Aunque te recuerden a Hellacopters, las letras sean simples y planas, y hayas visto mil veces a grupos de rock hacer rock, ellos tienen una gracia especial y es que son capaces de hacer que un atajo de technoheads acaben cantando el «Highway to Hell» como si fuera lo más lógico. También The Redsuns son un grupazo en la pizarra, pero sobre las tablas aún siguen buscándose. Reciclan a Ride, The Jesus & Mary Chain y My Bloody Valentine, los actualizan y les dan un nuevo vigor, pero en Can Picafort estuvieron algo tibios y les faltó pegada.