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L.MOYÀ

Conocía Mallorca, pero nunca había expuesto en la Isla. Por eso, Mejía Guinand decidió utilizar «la luz y el color» propios de aquí y trasladarlos a su obra, una obra que bebe de la arquitectura, su profesión durante algunos años, y que busca «el equilibrio y la armonía, es decir, la belleza». Sus lienzos se presentan esta noche en la galería Gabriel Vanrell.

«Mi formación es figurativa, aunque la síntesis me llevó a la abstracción. Soy arquitecto, a la hora de crear busco las estructuras profundas o la perspectiva, aunque también me gusta especular con las atmósferas, con las geometrías», afirmó el artista colombiano. Su anterior exposición surgió en blanco y negro, «suprimir variables te enriquece más», aunque aparecían, tímidamente, algunos azules o verdes.

En Ciutat ha recuperado los pigmentos para «plasmar la luz del Mediterráneo», los recuerdos que tenía grabados en su mente tras su visita a Mallorca. «Siempre que viajo anoto en un cuaderno aquello que me llama la atención para, después, moldear esa idea en Colombia». No cree en las musas y sí en «el trabajo diario». «Mi proceso creativo es muy similar al de un arquitecto, anulo o introduzco variables según respondan a lo que pretendo o no».