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L.MOYÀ

Dos visiones diferentes de la memoria y el recuerdo que utilizan la imagen para mostrar su punto de vista. Éste es el nexo en común de las propuestas de Daniel Canogar y Michal Rovner que inauguraron ayer noche la nueva temporada del Centre de Cultura Sa Nostra.

La Sala de Paper acoge el trabajo de Rovner, quien presenta, por una parte, una proyección que, a través de una imagen de gente caminando, evoca las ideas de concentración y dispersión. Por otra, muestra una serie de imágenes inspiradas en campos de petróleo que la artista visitó en Kazajstán. «No es una obra política, sólo refleja algunos de los problemas de la humanidad», en palabras de Brigitte Luque, comisaria del montaje.

Canogar exhibe en la Sala Gran del centro tres series diferentes: «Photosynthetic Remembrance», «Otras geologías» e «Ícaros». «El hilo conductor de mi trabajo es la caída, el desplome», afirmó el artista. ¿Cómo? «A través de la fotoinstalación, yendo más allá de la fotografía. La sociedad actual está bombardeada por la imagen. Mi intención es recuperar su espíritu artístico».