Carles Padrissa, ayer antes de participar en el seminario. Foto: MIQUEL ÀNGEL CAÑELLAS

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LAURA MOYÀ

La Fura dels Baus tiene muy claro cuál es su principal objetivo: conseguir la felicidad. Y lo que denominan el arte total, es decir, aquel en el que «uno mismo forma parte de la obra», según Carles Padrissa, director de la formación. Padrissa participó ayer en la primera mesa-debate del Art Tech Media, seminario que se celebra en Es Baluard hasta el viernes, y que versó sobre Arte transversal. Arte, ciencia, tecnología y sociedad. «Cuando lleguemos al arte total, cada uno hará sus diseños, su música. Será el protagonista, el autor, el espectador y el actor. Será feliz, estará contento con el guión de su vida». Mientras llega a ese estado, La Fura dels Baus experimenta con el arte digital, «una parada en el camino, una dualidad hecha a través de los dedos cuando escriben en un teclado y de lo digital, el cero y el uno». Las nuevas tecnologías siempre han existido de una forma u otra, «¿cómo si no pueden seguir siendo válidos los pigmentos que empleó Leonardo da Vinci?», pero ahora «se ha descontrolado». «En el fondo, lo mejor es una libreta y la escritura con un bolígrafo porque perdura para siempre».

¿Cómo se define La Fura dels Baus hoy? «Cazamos en manada. Somos especialistas en la no especialización. No somos buenos en nada pero sí en un poco de todo». El teatro «no es patrimonio ni de los teatreros ni de los políticos», pero «la felicidad se encuentra gracias al teatro», que debe «ritualizar y sacrificar para conseguir lo que se quiere, el equilibrio». Uno de los ejemplos de buscadores del arte total, «una idea nada nueva ya que existe desde siempre», es Ramon Llull, «un hombre ilustrado y de conciencia», igual que Richard Wagner, quien invirtió «25 años para realizar la tetralogía de El anillo del nibelungo, que dura 17 horas». Ahora, la compañía trabaja en un nuevo montaje que se basará en la ópera del compositor, «un reto». «Nos gusta dar y aprender, ahora estamos aprendiendo para poder poner en marcha nuestra tetralogía anfibia». ¿Anfibia? «Hemos comprado un barco, el navío Nau Món, y estamos empezando junto a Rafael Argullol un proyecto que creíamos que duraría cuatro años y que no sabemos si estaremos 25». La obra constará de cuatro piezas: Creació, Migracions, Memòria y Divinitats. La Fura dels Baus también prepara un montaje que estrenará en París el 26 de enero en el que «en un espacio vacío y oscuro mostraremos imágenes flotantes». Una obra que marca el camino que sigue la formación: «la búsqueda de la simplicidad». «La sencillez es esencial, sobre todo aquella en la que dominen las emociones». La tecnología es un «elemento más» de ese trayecto que permitirá la llegada al arte total. Sin embargo, La Fura nunca olvida uno de sus puntos fuertes: «Siempre buscamos la frontera del límite. Queremos ser integrales».