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J.L.G.LLAGÚES/J.GONZÀLEZ

Mateu Martínez, ya ex-conseller insular de Educació i Cultura, presentó ayer su dimisión a Joana Barceló. Los hechos se sucedieron de forma frenética, ya que el propio Martínez anunció en agosto que no se presentaría a las elecciones, a la vez que renunciaba a su cargo como secretario de organización del PSM. Entonces apostó por acabar la actual legislatura. Sin embargo, todo dio un vuelco ayer. A primera hora de la mañana -según desveló el propio Martínez- la cúpula del PSM demandó al aún titular insular de Educació i Cultura que cesara de su cargo. Él no lo dudó un instante. «Las cosas han salido así y no he titubeado ni un momento... yo no creo en el transfuguismo político, ya que es una lacra para el sistema democrático; no había otra salida a la situación». Acto seguido, comunicó su decisión a Joana Barceló. La presidenta intentó reconducir la situación, aunque la medida ya estaba tomada y era irrevocable.

Consultado sobre las razones que le han llevado a tomar la decisión, Martínez confirmó que «todo se ha debido a discrepancias con el partido, hoy [por ayer] no es el día ideal para hacer leña del árbol caído». Todo apunta a que las relaciones con Tuni Allés, consellera insular de Economía, portavoz del PSM en el ejecutivo insular y secretaria general de los nacionalistas menorquines, son la principal causa de la situación.

Aunque Martínez obvió ayer la cuestión, «es un tema que no quiero tratar», dijo. Eso sí, dejó caer que «creo que la libertad de expresión es un valor fundamental en nuestro actual sistema democrático y está siendo cuestionado en demasiados ámbitos». La primera bala del día ya había sido descargada, otros se encargarían de recoger el disparo.