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MARIA LOSHUERTOS| BARCELONA

La ceremonia de entrega de los 55 Premios Planeta estuvo marcada ayer por la sorpresa, ya que Marta Rivera de la Cruz fue la finalista contra todo pronóstico con En tiempo de prodigios. Lo que no sorprendió fue el nombre del ganador: el novelista y poeta Àlvaro Pombo, que venció con la obra La fortuna de Matilde Turpin.

Pombo se presentó al certamen bajo el pseudónimo de Cat Stevens y con un texto que llevaba por título El año del gato, mientras que Rivera de la Cruz se presentó con Las cosas son así y bajo el nombre de Cósimo Herrera, uno de los personajes protagonistas de una de sus últimas novelas, Que veinte años no es nada, ganadora del III Premio Ateneo Joven. El texto de Pombo se centra en la vida de un viudo que, tras la muerte inesperada de su esposa, decide retirarse a la casa que la familia tiene en el norte del país. El de Rivera de la Cruz, por su parte, narra la historia de una mujer que vive en Nueva York y que ha dejado a su abuelo solo en Madrid. Para evitar que se sienta solo, pide a una amiga que vaya a verlo de vez en cuando.

Parece ser que, con la decisión de este año, el jurado ha decidido alejarse de las polémicas que surgieron el año pasado con los autores ganadores, entre ellos la mallorquina Maria de la Pau Janer. Pombo, que se llevará los 601.000 euros del premio, es miembro de la Real Academia de Lengua desde 2004. Ha sido galardonado con algunos de los premios más importantes del país, entre ellos el Nacional de Narrativa, que consiguió en 1997 con Donde las mujeres. Se trata de un hombre fiel a sus principios que se considera poeta. El humor y la maestría con la que utiliza el lenguaje son dos de las principales características de su estilo. Es aficionado a la historia medieval y a la filología fenomenológica.