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NURIA ABAD

«Que veinte años no son nada», cantaba Carlos Gardel. La letra del popular tango se ha hecho realidad en la carrera de Malevaje. El grupo madrileño ha cumplido dos décadas de canción cañí y porteña. Trece composiciones de amor y desamor, pero también de crítica al desorden del mundo componen su vigésimo tercer trabajo, ¿Qué veinte años no es nada...?(Grabaciones Infames, 2006), que la formación presentará el próximo 18 de noviembre en el Teatre de Manacor.

Malevaje, que nació en 1984, en pleno esplendor de la movida madrileña, debe a Antonio Bartrina su razón de ser. Hace dos años, al cumplirse el aniversario de sus dos décadas en la carretera, grabaron en directo en la sala Galileo Galilei de Madrid este álbum, con ocho tangos nuevos y cuatro clásicos de siempre. Es un disco que habla de rencores y desengaños en Mis manos siempre tranquilas, de amantes del vino y la fiesta en Arroz blanco o del paso del tiempo en Este noche me emborracho. También contiene una impetuosa crítica contra las obras de Madrid en La zanja, contra la indecencia de los en En meditación o contra las penurias económicas en Fin de mes.

El set musical de Malevaje lo componen la voz de Antonio Bartrina, el bandoneón de Ariel Hernández, la guitarra de Sacri Delfino y el contrabajo de Fernando Gilabert. El pasaje se completa con la aparición de Marcela Amoedo y Marcelo Franceschi, moviendo sus cuerpos acompasadamente, realizando trazos y giros imposibles.