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JAVIER J. DÍAZ

Ashley Kahn creció en el Ohio de los sesenta escuchando a Bruce Springsteen y Sex Pistols. Amante del rock americano, cuando tenía 16 años entró casualmente en una tienda de discos de Cincinatti y acabó comprando un disco de Mingus que cambiaría en parte su vida.

Ahí comenzó su pasión por el jazz, un sentimiento que lo ha hecho escribir sobre música sin ser crítico. «Cada persona debe tener confianza para hacer sus propios juicios sin que nadie le diga lo que está bien y lo que está mal». Este ex manager (tanto de Peter Gabriel como de Britney Spears) se dedica ahora a escribir artículos para revistas (Rolling Stone) y a publicar libros sobre discos de autores de jazz. Ayer estuvo en el Jazz Voyeur Club de sa Llonja dando una charla sobre sus tres últimos libros. A continuación el turno fue para la actuación de Manfred Kuhlman trío.

Khan explicó ayer que lo que pretende con sus textos sobre música es que «la gente vuelva a la música», ya que según apunta, «leen críticas y a veces por eso ya no la escuchan», por lo que su objetivo es «abrir la puerta a los que primera vez oyen este tipo de música».

Sin embargo, Khan criticó los intereses que hay en el mundo de la música. «El negocio divide la música por públicos, eso es lo menos natural que hay». Por contra, recordó la importancia de Internet para el jazz. «Espero que en el futuro todo el mundo que quiera encontrar algo lo pueda hacer a través de la red», sentenció.

Su último trabajo se centra en la discográfica Impuls, un sello que apostó por un jazz de calidad y que trató a este estilo con una relevancia que nadie antes le había dado ninguna firma. Anteriormente había editado también Miles Davis y Kind of blue y A love supreme y John Coltrane.