Con un magnetófono Magnecord y una cámara de fotos Leica como equipaje, el etnomusicólogo norteamericano Alan Lomax (1915-2002) llegó a Mallorca en 1952. Su estancia en la Isla formaba parte de un viaje más largo por Europa con el objetivo de conocer y registrar la música y la tradición oral. El patrimonio sonoro grabado por él ha sido recopilado en el disco The Spanish Recordings. The Balearic Islands: Mallorca (Rounder Records, 2006), un volumen que se complementa con el libro Miradas, publicado por la Fundació Sa Nostra y Lunwerg Editores, que reúne sus diarios, cuadernos de trabajo y unas fotografías que enriquecen su legado.
La antropóloga Anna Lomax, hija del investigador musical y directora del Alan Lomax Archive, presentó ayer estas dos obras junto a la etnomusicóloga canadiense Judith Cohen, que ha colaborado en ambas, y Francesca Niell, directora de programación del Centro de Cultura Sa Nostra, que en junio acogió una exposición del testimonio fotográfico recopilado en Miradas. Anna Lomax explicó que el objetivo del trabajo realizado por su padre «era devolver la música al pueblo» y añadió que el etnomusicólogo recorrió gran parte de España para retratar, a través de la fotografía y de las grabaciones de voz, el folclore tradicional y la vida diaria de la gente de los años cincuenta, en un trabajo que le llevó a recorrer infinidad de países durante más de veinte años de labor.
Considerado como uno de los más grandes recopiladores de canciones populares del siglo XX, su trayectoria profesional comenzó en una cafetería de Nueva York en 1949, cuando Lomax se reunió con el director de la productora Columbia Records y le propuso realizar un viaje por el mundo para grabar, a través de una cinta magnetofónica, las canciones tradicionales de los pueblos. Una convención de musicólogos celebrada en Palma le trajo hasta las Baleares, interesándose especialmente por Valldemossa, Sóller, Ibiza y Formentera. Las grabaciones registradas en las Islas Pitïusas han dado también forma a un disco que pretenece a la misma serie que el de Mallorca. Según destacó Judith Cohen, este trabajo, se podrá adquirir en el Centro de Cultura Sa Nostra dentro de unas semanas, contiene improvisaciones de glosas, canciones de cuna y, especialmente, canciones del trabajo en el campo. Destacables son también los diferentes tipos de melodías para acompañar la danza.
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