Pere Joan, José Luis Muñoz, Catalina Cirer, Melcior Comes y José Luis de Juan, al finalizar la ceremonia. Foto: TERESA AYUGA

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NURIA ABAD

Tras dos años de celebración de la gala de entrega de los Premis Ciutat de Palma en el Teatre Xesc Forteza, la ceremonia volvió ayer a celebrarse en el Castell de Bellver, ocasión para la que se estrenó la cubierta textil desmontable que en los últimos meses ha hecho correr ríos de tinta y que, por lo menos ayer, cumplió su cometido. El patio de armas del castillo lucía espectacular, no sólo por la popular lentilla, sobre la que se proyectaban insinuantes formas lumínicas, sino también por una cuidada puesta en escena.

Durante la velada, presentada por la escritora Maria de la Pau Janer, como ya viene siendo una tradición, se dieron a conocer los ganadores de los cinco galardones que anualmente entrega el Ajuntament de Palma, tres de los cuales se quedan este año en la Isla. No fue el caso del Antoni Gelabert de artes plásticas, que recayó en el joven fotógrafo vasco Aitor Ortiz, que no pudo estar presente en la gala, y su obra Muros de luz 011. Esta categoría, dotada con 12.000 euros, ha recibido en esta edición 186 proyectos, de los cuales habían sido seleccionados 26.

El siguiente premio que se dio a conocer fue el Rubén Darío de poesía en castellano, dotado con 9.000 euros y al que optaban 68 obras. El galardón fue para el escritor de Deià José Luis de Juan Clar y su Versión del Este. Sobre su paso de la narrativa a la poesía, De Juan aceptó que su interés estaba en «expresar con la mínima cantidad de palabras lo más profundo e intenso», a la vez que añadió que «mientras la poesía busca ordenar el mundo y hacerlo perfecto, la narrativa trata de explicar cómo es el mundo y por qué nosotros somos cómo somos».