Los bienes que ardieron en las naves de Son Fuster no estaban asegurados. Según confirmó Sebastià Vanrell, secretario general técnico de la Conselleria de Cultura, «le tendencia del Govern es sólo asegurar los bienes inmuebles, no los muebles». Por tanto, los dos artesonados mudéjares del siglo XIV destruidos por las llamas no estaban asegurados. «La normativa establece un sistema de responsabilidad directa con respecto a terceros, pero no para recuperar el valor de estas piezas. De todos modos, el dinero no nos devolvería estos objetos» de incalculable valor. Sobre si el Ministerio de Cultura, titular de uno de los artesonados, podría emprender acciones contra la conselleria, Vanrell destacó que, «entre administraciones, la responsabilidad varía. No es lo misma que entre administración y un tercero». La Conselleria de Cultura investiga si las medidas de seguridad del almacén «eran las correctas».
Aunque tarde, la oposición reaccionó ayer enviando notas a los medios de comunicación. Esquerra Republicana pidió en un comunicado que el Govern «aclare el alcance de las pérdidas en Son Fuster» al mismo tiempo que acusa al Ejecutivo de «negligencia patrimonial» ya que las naves que ardieron, según el eurodiputado Bernat Joan, «no tenían las condiciones de seguridad necesarias».
En cuanto a Entesa per Mallorca, pide «la dimisión» de la directora general de Cultura, Catalina Sureda, la «comparecencia» de Francesc Fiol, conseller de Cultura, y «la actuación de oficio de la Fiscalía por si los hechos fuesen constitutivos de delito». Por su parte, la Conselleria de Cultura envió ayer, días después del incendio, una nota informativa que no añade nada a lo publicado por este diario, excepto que también se quemó una maqueta de sa Llonja.
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