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J.NICOLAU/J.J.DÍAZ

La cultura balear madrugó ayer para acudir a esta singular cita para el arte en la catedral de Mallorca. Numerosos creadores, principalmente artistas plásticos, coincidieron en elogios hacia la intervención de Miquel Barceló en la capilla del Santíssim. Pero además de ellos, muchos amigos personales del artista, así como sus galeristas, muchos de ellos venidos del extranjero, no se perdieron el acontecimiento.

«Espectacularidad» fue posiblemente el calificativo más coincidente entre todos ellos. Pero a partir de ahí, cada uno aportó su propia visión personal, de las cuales resulta especialmente complicado extraer un opinión conjunta.

Especialmente relevante fue la aportación de Joan Punyet. El nieto de Joan Miró vivió el acto no sin «cierta nostalgia» al recordar la incomprensión por parte de la Iglesia que encontró el artista cuando se ofreció para intervenir en la Seu. Ayer, Punyet destacó que la de Barceló «será una obra que va a marcar mucho el inicio del siglo XXI... será como un rayo de luz pura en una isla un poco anaftalinada».

Entre los galeristas del artista de Felanitx estuvieron presentes Rafael Jablonka de Alemania, Yvon Lambert de Francia y Paolo Curti de Italia. Los tres, con gran orgullo, exaltaron el «magnífico» resultado final. Para Lambert, amigo de Barceló desde hace más de 25 años y también gran coleccionista de arte, se trata de una obra «magnífica» dentro de la trayectoria del artista, mientras que Curti realizó su propia interpretación del conjunto. Al italiano le causaron especial impacto los vitrales afirmando que «el conjunto ofrece una cálida placidez interior que contrasta con la opacidad de los vitrales que parece que impiden entrar el apocalipsis».

Entre las personalidades asistentes, destacada atención mereció también la gran biógrafa de los grandes protagonistas del siglo XX, Dore Ashton, así como el poeta Adan Zagajewski, para el que la obra de Barceló es como «una expresión de amor hacia el mundo». Este intelectual polaco, fue claro al destacar que «quizás el público requiera tiempo para admirar el conjunto», un conjunto que para él sobresale especialmente la referencia a los cuatro elementos y la luz.

Para los artistas que crean en Balears se trata de un gran paso adelante para el arte contemporáneo en las Islas. Susi Gómez, consideró que «conceptualmente se trata de un conjunto impactante» y un trabajo magnífico para la Seu. Palabras que secundó Amparo Sard, quien también destacó la «forma tan acertada con la que ha conseguido adaptar la técnica a la idea». Para esta artista uno de los aspectos más sobresalientes es que «con esta obra, Barceló demuestra que aunque ya es un artista consagrado, no ha perdido su atrevimiento ni valentía».

Erwin Bechtold y Rafa Fortezaaplaudiron de forma especial que Barceló concibiera el mural cerámico como una segunda piel de la capilla gótica. Para ambos, es en esta característica donde en mayor medida queda reflejada la contemporaneidad de esta actuación. Dolores Sampol alabó los vitrales porque «suavizan la luz» y destacó la «cerámica» introducida por Barceló. Por su parte, Pep Guerreroseñaló que la aportación de Barceló resulta «interesante» para la Iglesia debido a la «actualidad» de la obra.

La directora del Museu de Mallorca, Joana Maria Palou, puso de relieve que es «una intervención que se integra prefectamente en la obra gótica». Para el arquitecto Federico Climent, se trata de una intervención «muy respetuosa» con la Catedral y con la tradición de la Iglesia que permite la actualización de su mensaje en un sentido estético».