Gabriel Barceló, tesorero de la Fundació Art a la Seu, afirmó que los números definitivos que permitirán saber «cuál ha sido el coste de la intervención de Miquel Barceló en la capilla no se conocerán hasta dentro de dos o tres meses». De hecho, antes de la reinauguración de la Capella del Santíssim el pasado 2 de febrero, el propio Gabriel Barceló afirmó que aún no se habían cerrado los números definitivos. Teóricamente, las cuentas provisionales, que por aquel entonces rondaban los tres millones y medio, debían presentarse el 31 de enero durante la rueda de prensa. Sin embargo, Gabriel Barceló no acudió al acto y los presentes evitaron hablar de dinero en un momento en que la obra se llevaba toda la importancia. Gabriel Barceló aseguraba que no podían cerrarse los gastos porque «quedan los cristales de seguridad» que, según el tesorero, «pagará el artista, supongo».
Por otra parte, la Fundació Art a la Seu se reunió ayer para «acabar de cerrar algunos flecos y pasar cuentas», según Mercè Gambús, portavoz del patronato. Uno de estos flecos era la ubicación exacta de la reja que tiene que proteger la Capella del Santíssim. Ante la petición de Miquel Barceló de no estropear la cerámica, el patronato ha decidido situar la reja «un poco más alejada» de la capilla. Gambús no se atrevió a dar la fecha de su colocación, ya que «depende del Capítulo».
Otro aspecto que preocupa al patronato son los vitrales. Gambús reconoció que todavía está pendiente la colocación de los cristales de seguridad. El lunes, la Seu se despertó con uno de los vidrios rotos y, a lo largo de esta semana, se ha podido comprobar que la estructura es frágil, ya que «hay otro cristal que se ha desplazado un poco», confirmó Gambús.
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