TW
0

C.DOMÈNEC| BARCELONA

Los diarios de Barcelona han mostrado una cierta sorpresa por el hecho de que piezas contemporáneas se muestren en un salón dedicado a los anticuarios. Para Núria Canalda, de Mediterrània, la explicación es clara. «El salón es una oportunidad para salir de Palma tras la desaparición de Artexpo y enseñar que tenemos buenas obras tras la desaparición, ya que los políticos catalanes no ayudan en nada», comentó la galerista, que expone en su estand piezas de Genovés, Lucio Muñoz, Martín Chirino, Carlos Mensa y José Ortega. 12 notes, de Torrens Lladó, creadas en su juventud, se venden junto a una maleta con sus utensilios de pintura.

La Feria Antiquaris de Barcelona abrió ayer sus puertas con la participación de dos galerías y dos anticuarios de Mallorca: Pepe Rubio Antiquari, Francisco Servera Antiquari, Galeria Mediterrània y Joan Oliver «Maneu» Galeria d'Art. El Salón expondrá hasta el 11 de marzo más de 8.000 piezas, distribuidas en 101 estands.

La pieza más cara de todo el recinto corresponde a Femme oiseau, de Joan Miró, que se encuentra en el estand de Joan Oliver «Maneu» y cuesta dos millones de euros. El galerista presenta en el salón una serie de obras del universal pintor catalán. «Yo llevo a Miró por todas partes», aclaró el mallorquín, quien desveló que «acabo de cerrar una venta muy importante». Se refería a Personnage, oiseaux, una cera, acrílico, tinta china y carboncillo sobre cartulina de 1976 y valorado en 324.000 euros.

Francisco Servera ha llevado a Barcelona mobiliario mallorquín elaborado en el periodo comprendido entre el siglo XVII y el inicio del XIX. «El mueble de Mallorca gusta mucho por su enorme calidad y ya ha comenzado a apreciarse a nivel internacional», explicó Servera.

Por su parte, Pepe Rubio ha dividido su estand en tres zonas: una parte dedicada al siglo XVII, Imperio Neoclásico y obra del siglo XX. Destacan obras de Adrià Ferrà, una serie de espejos Carlos IV, un inmenso cuadro de Guillem Mesquida, un anónimo de la Escola mallorquina de principios del siglo XVII y un cuadro de Ramon Despuig de Henry Regnard pintado en 1737. Rubio también presenta una serie de obras del siglo XX, como esculturas de Jaume Plensa y Mompó o una pieza de Joan Miró.

La obra más antigua que se puede contemplar en Antiquaris Barcelona es un jarrón chino del año 3000 a.C. El salón espera recibir a unos 20.000 visitantes. Entre las piezas de artistas destacados, junto al mironiano y millonario Femme oiseau de «Maneu», figuran pinturas de Miquel Barceló, Pablo Picasso, Salvador Dalí, Ramon Casas y una importante presencia del modernismo catalán.

De las 101 galerías que participan este año en Antiquaris Barcelona, un 10 por ciento proceden del extranjero (Alemania, Francia, Holanda y Estados Unidos) y aportan una gran especialización, ya que fuera de España los anticuarios segmentan más su actividad. La pieza más barata puede comprarse por 1.000 euros.