El nuncio del Papa, los obispos y las autoridades posaron delante del cuadro de Sant Jordi de Pere Niçard. Foto: SEBASTIÀ AMENGUAL

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MARIANA DÍAZ

Con 2.000 metros cuadrados y unas 200 piezas de arte sacro, el Museu Diocesà fue inaugurado ayer por Manuel Monteiro de Castro, nuncio del Papa en España, que bendijo las nuevas instalaciones, situadas en el Palau del Bisbe. Le acompañaron los obispos de Mallorca y Menorca, Jesús Murgui y Joan Piris, respectivamente, y el arzobispo de Valencia, Agustín García-Gasco. Fue un acto cultural y religioso al que también acudieron las principales autoridades. De momento, el Museu Diocesà abrirá sólo por las mañanas, de 10.00 a 14.00, y el precio de la entrada costará tres euros. No obstante, entre hoy y el viernes habrá jornadas de puertas abiertas en el citado horario. El museo, como apuntó, Monteiro de Castro, recoge «obras de arte que son testimonio de la vida y de la historia de esta iglesia local, testimonio de vuestros antepasados». Según el prelado, «la Iglesia conserva sus bienes culturales y los inserta en el dinamismo de su misión, promueve su conocimiento y los introduce en los círculos de la cultura». Por su parte, el obispo Mugui insistió en esta idea al comentar que el contenido del museo es «testimonio de una tradición de vida de la que sois parte». Y no se olvidó de mencionar a su antecesor, Teodoro Úbeda, y a Pere Joan Llabrés, anterior delegado diocesano de Patrimonio, «a quienes tanto debe esta iniciativa».

Explicar mediante el arte la historia de la religiosidad, la devoción y la liturgia en Mallorca a través de los siglos es el concepto sobre el que se ha establecido un recorrido cronológico que comienza en los inicios de la Edad Media y finaliza a primeros del siglo XX con las piezas de mobiliario que creó Gaudí para la Seu. El nuevo espacio que ocupa el Museu Diocesà, -entre el que destacan una gran sala abovedada que surgió durante la excavación previa a la rehabilitación, las inscripciones que dejaron los prisioneros cuando el edificio fue prisión o el arco gótico abierto en la fachada que da al mar-, la limpieza del montaje mediante el que se distribuyen las piezas y la calidad de las escogidas para conformar la exposición permanente del fondo fueron ayer del agrado de la mayoría de los presentes tras visitar estos nuevos 2.000 metros, recuperados para el arte y la cultura, que contrastan con aquellos 200 que anteriormente ocupaba el museo donde las obras no podían 'respirar'.

Ahora, con un recorrido que permite disfrutar de las obras de arte desde distintos ángulos, el Museu Diocesà expone pintura, escultura, retablos y mobiliario, piezas entre las que sobresale eSant Jordi sobre la bahía de Palma que pintó Pere Niçard entre 1.468 y 1470. Además del mobiliario litúrgico firmado por Gaudí que la Seu ha cedido al museo, destacan un Sant Jaume de Compostela pintado por Francesc Comes en el siglo XIV; la pradela (parte inferior) del retablo de Santa Clara, obra de Joan Rosat, del XV; eSan Agustín y e San Gregorio de Pere Terrencs; una Adoració de Mateu López, del XVI, y otras pinturas de santos y de la Virgen firmadas por Joan de Joanes en el XVI. En cuanto a la escultura, una preciosa imagen de la Mare de Deu de Sencelles del siglo XIII; una dormición de la Virgen y su sarcófago (XVII), de la parroquia de Sant Miquel de Palma; un sagrario de 1585 de Fornalutx; un púlpito o un fragmento del corredor de los cirios que se desmontó de la Seu durante la reforma de Gaudí. La inauguración, que finalizó con una copa de cava, comenzó con el canto de la escolanía de la Seu.

MUSEU DIOCESÀ De 10.00 a 14.00. Entrada, 3 euros. Esta semana, puertas abiertas de martes a viernes.