Tranquilos y dispuestos a exprimir al máximo la oportunidad de asistir a un festival como el de Cannes. El equipo de Yo, la ópera prima del realizador mallorquín Rafa Cortés, explicó ayer en Palma las sensaciones y las inquietudes que despiertan en ellos su presencia en el certamen francés, donde recogerán el Premio de la Crítica Internacional (FIPRESCI) el 19 de mayo. Ahora, con la distribución a nivel nacional cerrada y con la intención de estrenar antes del verano, la película empezará su camino en Cannes, escaparate que ya conoce Àlex Brendemühl, protagonista de la cinta y coautor del guión junto a Rafa Cortés.
-¿Cuál es la clave del éxito de Yo, ganadora del FIPRESCI en Rotterdam, mención especial en Málaga y otro FIPRESCI en Cannes? ¿Se esperaba este éxito?
-La verdad es que no creo que podamos obtener más resultados porque no nos esperábamos que fuera tan bien. En un principio, la película estaba enfocada hacia el Festival de Berlín y, al final, todo ha ido a mejor y ha terminado en Cannes. Rotterdam fue la plataforma y Málaga, la presentación en el país. Cuando rodamos la película, nuestro subconsciente nos dejaba entrever que la cinta funcionaría en los festivales, pero nunca pensamos que tendría un recorrido tan largo y obtendría tantos premios. Este idilio con la crítica es un lujo que pasa en contadas ocasiones.
-¿Por qué creían que funcionaría en los festivales?
-Porque se trata de una película inclasificable y original, una apuesta arriesgada y una propuesta muy concreta que no se queda a medias. Juega con un tema y una estética, enfoca de una forma coherente una historia. La música, el reparto o la manera de realizar responden a lo que se llama una película de autor, circunstancia que no excluye que pueda gustar al espectador. Yo no pide nada al público, sólo que llene los agujeros y que ligue la trama.
-Ésa es la incógnita. Ha obtenido buenas críticas, pero está costando estrenarla.
-Encontrar distribución siempre es complicado, aunque, esta vez, forma parte del largo proceso de la propia película, que empezó a gestarse hace siete años. Su recorrido siempre ha sido largo.
-Usted también ha coescrito el guión.
-Mi primera experiencia al respecto. He aprendido cómo funciona la preproducción y la postproducción, a relativizar el trabajo del actor dentro del engranaje de un filme. He participado en las tomas de decisiones, en las reuniones, en las conversaciones. Soy culpable del resultado.
-¿Cómo definiría a Hans, su personaje?
-Duda antes de él que de los otros, es incapaz de ser él mismo y la vida le queda grande. Prefiere refugiarse en otro, de quien va absorbiendo su personalidad. Se le puede definir como inseguro, cobarde, paranoico, introvertido y como alguien que tiene la voluntad de hacer las cosas bien. No se sabe de dónde viene ni a dónde va, sólo que quiere empezar de cero, algo que nadie puede hacer. Es un misterio. Y un antihéroe que muestra de forma clara sus dudas y sus miedos. Se trata de un personaje con cierta transparencia que tiene dificultades para enfrentarse a la cotidianeidad.
-Toda historia siempre se basa en algunos elementos propios, en vivencias o sensaciones de sus autores.
-Hay muchas cosas nuestras. Tengo menos del personaje a nivel externo, estoy bastante lejos de él, aunque hay comportamientos autobiográficos.
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