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M. GARCIAS La exhibición Friedlander fue inaugurada ayer, a las 20.00 horas, en la Fundació La Caixa de Palma y permanecerá hasta el 25 de noviembre. La muestra, que consta de casi 500 obras del fotógrafo norteamericano Lee Friedlander (Aberdeen, EE.UU., 1934), ha sido organizada por el MOMA de Nueva York. Su comisario, Peter Galassi, conservador del departamento de fotografía de dicho museo, ha inaugurado la muestra en diversas ciudades europeas como Munich y París.

Friedlander está organizada cronológicamente por series o temas «y según la manera de trabajar del artista», explicó su comisario. El fotógrafo se inició en 1955 con una leika de 35 milímetros y pasó de fotografiar detalles de la vida cotidiana de la ciudad de Nueva York a los paisajes de sus alrededores. «El artista no es un crítico, muestra una realidad a modo de documento», añadió Galassi.

Fotos de músicos de jazz durante la década de los 50 o interiores donde aparecen juegos de imágenes potenciadas por reflejos y sombras, componen algunas series de la muestra. Los retratos son, en su mayoría, individuales y los personajes son amigos o familiares.

«La fotografía no comenzó a considerarse arte hasta bien entrados los años sesenta, la primera exposición que montó el MoMA fue en 1967, bajo el título New documents», aclaró el especialista. Es a finales de los años setenta que Friedlander comienza a recibir encargos como la serie Valles industriales: Ohio y Pensilvania, encargada por un pequeño museo de la zona.

Otros temas que fotografió Friedlander son los desnudos femeninos ya entrados los años noventa. Cartas de la gente recoge imágenes de pintadas y graffitis de la calle. Detalles de flores y plantas protagonizan alguna de sus series donde se intuyen rasgos del arte japonés. «Otro principio del fotógrafo es el juego que establece entre la imagen y el mundo real», dijo Galassi.