Los techos de las plantas inferiores del edificio han sido reforzados con vigas.

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La Biblioteca Diocesana de Palma ha finalizado la primera fase de la mejora y acondicionamiento de sus instalaciones con el refuerzo de un ala del edificio. Esta reforma ha supuesto el apuntalamiento de las plantas inferiores a la que soporta las salas de depósito de volúmenes, que ahora verán modificada su distribución. Por otra parte, la biblioteca cuenta con unos 3.000 volúmenes en riesgo que han comenzado a recibir tratamiento.

Este proyecto de remodelación comenzó hace unos meses a partir de la concesión de una subvención de 200.000 euros por parte del anterior Ejecutivo, de los cuales 102.000 se han destinado a este primer capítulo de reformas. «Lo más básico y urgente era el refuerzo de esta parte edificio, que da a la calle Posada de Montserrat, porque impedía el crecimiento de la biblioteca», explicó Gabriel Seguí, director del centro, ubicado en la Casa de la Iglesia de Palma.

Finalmente, la distribución del fondo de la Biblioteca Diocesana se realizará en cuatro salas blindadas en las que se tomarán diferentes medidas de precaución en cuestiones que puedan afectar a la seguridad de los ejemplares, como la reforma de las redes eléctricas, los puntos de luz o la aplicación de una pintura ignífuga. Todo esto puede prevenir, además, un deterioro anticipado de los libros.

Asimismo, el centro ha comenzado estos días la fumigación de los más de 3.000 volúmenes que se encuentran en situación de riesgo por deterioro. «Éste es un primer paso, pero tenemos pensado adquirir con el presupuesto del próximo año una máquina desparasitadora, como la que utilizan en la Biblioteca Vaticana, con la que se trataría una buena parte de los volúmenes del fondo anteriores al año 1950», comentó el director, quien no descartó la posibilidad de que la biblioteca cierre sus puertas el próximo año durante un tiempo para finalizar todas las reformas que quedan pendientes. Cabe recordar que la segunda fase del capítulo de mejoras está destinado a aclimatar las zonas de administración y atención al público y las salas de reservas, donde se conserva uno de los fondos lulianos más importantes y valiosísimos manuscritos datados entre los siglos XIV y XVIII.