Imagen de archivo de la pasada edición de la feria del libro de Fráncfort.

TW
0
ANA LARGO/JONAS CLIMENT La compra, venta e intercambio de derechos de autor; una valoración de las tendencias del mercado editorial mundial; descubrir los títulos que destacarán próximamente en otros países, o hacer una buena promoción de los productos propios, son los objetivos con los que un total de 17 editores de Balears viajan el martes a Fráncfort para participar, hasta el día 14, en la gran feria de editores, la Feria del Libro de Fráncfort.

El evento, en el que este año la cultura catalana es la invitada de honor, contará con un amplio programa de actividades paralelas. Exposiciones, mesas redondas, conferencias, conciertos, teatro o cine dinamizarán esta edición de la feria, a la que Balears asistirá acompañada con un total de 35 autores de las Islas.

A pesar de todo, el principal protagonismo de la Feria de Fráncfort se lo llevan los editores, que ven en Alemania la posibilidad real de hacer llegar al resto del mundo sus principales títulos.

Balears ha invertido un total de 500.000 euros en el programa de Fráncfort. El Institut d'Estudis Baleàrics ha trabajado durante los últimos meses en lograr una mayor presencia de las editoriales de las Islas en el pabellón. Finalmente, las 17 editoriales de Balears contarán, tras las negociaciones mantenidas por el presidente del IEB, Sebastià Serra, con un estand institucional de siete metros cuadrados, además de 10'40 metros lineales en el espacio de la Associació d'Editors en Llengua Catalana.

Cuando sólo quedan dos días para que Balears haga su presentación oficial en Fráncfort, Última Hora ha querido conocer, tras meses de polémicas, cuáles son las principales expectativas con las que algunas de las editoriales acuden a la feria del libro.

Los editores lo tienen muy claro, «nuestras expectativas están encaminadas a la posibilidad real de vender algún derecho», reconoce Toni González, de Hiperbòlic Edicions. Una opinión que, en general, comparten casi todos. Así Vicente García, de Dolmen Editorial, asegura que «además de comprar, es una buena ocasión para vender lo nuestro». Además de la compra y venta, los editores acuden a este escaparate literario para «ver lo que se está haciendo y conocer a las distintas editoriales que trabajan en otros países», sostiene Miquel Campaner, de Ensiola Editorial, quien afirma que es un buena oportunidad «para aprender».

Pese a que algunos de los editores que viajarán a Fráncfort argumentan que la presencia real de Balears en la feria no se podrá evaluar hasta que finalice el encuentro, otros anticipan que «nuestra participación pasará desapercibida».

De este modo, Leonard Muntaner, de Editorial Leonard Muntaner, comenta que «a pesar del dinero invertido, será una presencia, sobre todo, testimonial, ya que sólo nos han asignado espacio para exponer 3 o 4 libros». De la misma opinión es el editor Francesc Moll, quien puntualiza que «no ha habido un trato equitativo; en comparación con Catalunya, vamos en un plano inferior». Por su parte, Miquel Font, de la editorial Miquel Font, especificó: «Estamos bastante mal posicionados en el pabellón».