La documentalista e historiadora del arte Flavie Durand-Ruel, en el Museu de Es Baluard. Foto: JAUME MOREY

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M. GARCIAS La descendiente de la saga Durand-Ruel, Flavie Durand-Ruel, ofrecerá esta tarde, a las 20.00 horas, una conferencia presentada con el título Paul Durand Ruel, amic i marxant dels impressionistes. El acto, organizado por el Club y presentado por el escritor y periodista Guillem Frontera, tendrá lugar en el Museu Es Baluard.

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La documentalista e historiadora del arte, que ayer visitó Es Baluard, trabaja desde septiembre de 2006 en el Archivo Durand-Ruel de París, donde gestiona, dirige e informa del registro documental y fotográfico, que forma parte de la compañía.

Flavie Durand-Ruel centra su labor en la digitalización de los archivos y la documentación de la empresa familiar. Actualmente, su función es proteger e informar sobre la historia y trayectoria de las obras, con el fin de autentificar su autoría y proteger el arte de falsificaciones o de falsos documentos.

Sobre la colección familiar, Flavie contó que no son muchos «los cuadros que tiene la familia, pero aseguró que «es una delicia poder admirar algunos de cerca». Entre las obras conservadas por la familia destacan el Retrato de Paul Durand-Ruel, de Georges y Charles Durand-Ruel o el de Joseph Durand-Ruel, pintados por Pierre Aguste Renoir, entre otros.

Mecenazgo de arte
Según explicó la documentalista, «el archivo fue registrado durante el siglo XIX por Paul Durand-Ruel (1831-1922), hijo de Jean Durand y de Marie Ruel dueños de una papelería en París donde los artistas compraban su material». La forma de pago que ofrecía la papelería era muy variada, los artistas dejaban obras a modo de intercambio de materiales pictóricos.

Los padres de Paul Durand-Ruel ya acondicionaron una sala de la papelería para vender obras recopiladas, entre ellas, se expusieron pinturas de Delacroix o de Gericault. «Las obras no sólo se vendían, sino que la burguesía emergente las alquilaba para lucirse en eventos o para practicar la copia de las pinturas», explicó Flavie Durand-Ruel.

El mecenas «heredó la papelería y fomentó el intercambio artístico con la escuela de Barbizon, primero y después con la impresionista», aseguró la historiadora del arte. Por ejemplo, La muerte de Sardanápalo, de Delacroix, fue adquirida por Paul en la Exposición Universal de 1955. Pero la revolución de 1948 interrumpió la trayectoria del negocio y Paul viaja por Europa con el fin de vender cuadros y de descubrir talentos.

En 1862 Paul Durand-Ruel traslada su negocio a la Rue de la Paix, de París, y especializa el negocio en el arte de la escuela Barbizon con componentes como Delacroix, Corot o Courbet.

Debido a la guerra franco prusiana, Paul abre en 1870 una galería en Londres. «Será en la capital británica donde conozca a Monet y a Pissarro, artistas que siempre expondrán con él», explicó la documentalista francesa. Un año después regresa a París y conoce a Sisley, Renoir, Degas y Manet, de quien compra toda su obra, unas 23 piezas: El guitarrista, El Cristo y los ángeles, El torero muerto, El filósofo, entre otras.

Un éxito emergente
La galería Durand-Ruel no obtuvo gran éxito, ya que los impresionistas fueron vistos como pintores alternativos frente a una dura y fuerte comisión academicista que marcó las reglas oficiales de la Academia de Bellas Artes. La galería fue vista como «una casa de locos» y los artistas fueron rechazados por sus técnicas y temáticas más cotidianas y realistas. De hecho, no fue hasta 1874, cuando se celebró en Francia la primera exposición colectiva de pintores impresionistas.

En 1886 James Sutton, comisario del Instituto de Arte Americano, invita a Paul a Nueva York. A partir de ahí, Paul triunfará primero en EE.UU. y tras la fuerza de la prensa, en Europa.

«Durand-Ruel tuvo cuatro galerías diferentes en la ciudad americana de las que, incluso, diseñó su estructura arquitectónica y en la que siguieron trabajando sus hijos Joseph y Georges Durand-Ruel», puntualizó la historiadora, quien matizó que familias como la Fitzgerald, Havemeyer o Spencer fueron clientes de la galería.

Paul Durand- Ruel llegó a tener unas 10.000 obras de los pintores impresionistas, casi un tercio de la producción del colectivo. Durante su estancia en América vendió, entre otras, obras de los pintores españoles Velázquez, Goya o El Greco.

Tras la Segunda Guerra Mundial, alrededor de finales de la década de los cincuenta, los descendientes cierran la galería de Nueva York y, en 1974, la galería de París se convierte en centro de archivo documental de galerista y mecenas Paul Durand-Ruel.

Un gran legado
Quizás porque descendía de familia de notarios, quizás porque fue un hombre muy organizado, el archivo Durand-Ruel conserva más de 100 libros de registros, así como dietarios del galerista Paul Durand-Ruel.

Por otro lado, también se conservan unas 10.000 fotografías familiares en las que aparece junto a artistas con los que se reunían asiduamente como Renoir o Degás. Otra parte del archivo fotográfico está compuesto por imágenes de las obras que compraban como documento acreditativo y de recuerdo.

Flavie Durand-Ruel sigue en la actualidad protegiendo el arte como herencia familiar. «La política de Paul Durand-Ruel fue la exclusividad, afianzar las exposiciones individuales, montar una red de galerías, relacionar el arte con las finanzas y a los artistas con la prensa», explicó la documentalista, quien añadió que lo más importante que hizo su antecesor fue «proteger el arte ante todas las cosas».