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CELIA HEREDIA «Frágiles, persistentes, tercas, permanecen las palabras escritas... Quién lo hubiera pensado, con su apariencia momentánea y mínima...», así describió una vez el poeta José Luis Panero el valor de las palabras y así es como las siente el también poeta Javier Cánaves (Palma, 1973).

A éste último le gusta reflexionar sobre temas como el paso del tiempo, épocas pasadas, el sentido de la responsabilidad, la experiencia o la literatura. Así confiesa que es una suerte «eso de poder valerse de dos idiomas para poder expresar lo que uno siente». Algo que descubrió el año pasado cuando, por primera vez, la editorial El Tall le propuso que escribiera un libro de poesía en catalán.

Molt més en joc es el título que dio nombre a esta publicación en la que los poemas «narrativos» de Cánaves se funden con las ilustraciones del artista Salva Ginard. «Salva y yo compartimos unos puntos de vista muy similares en nuestra manera de concebir el acto creativo», explicó el poeta, quien añadió que «Ginard enseguida supo captar el ambiente nocturno y opresivo de los recuerdos que aparece reflejado en mis poemas».

Para Cánaves «el poema debe transmitir y emocionar al que lo está leyendo, desde la inteligencia», porque «cuanto más mayores somos, más amplio es nuestro bagaje y más nos cuesta deslumbrarnos con lo que leemos».

En Molt més en joc, el poeta ha sabido crear un triángulo de relaciones «amor-odio» entre una mujer, un hombre y un tercer elemento. Un triángulo de relaciones que se convertirá en el enigma que deberá descubrir el lector.

Al sur de todo mapa, Al fin has conseguido que odie el blues y El peso de los puentes son los tres libros de poesía en castellano que Cánaves había publicado hasta el momento y por los que el poeta es poseedor de tres premios. Ahora el escritor sigue jungando con las palabras, pero embarcándose en un nuevo reto: la novela.