Los directores de la obra, Rafel Vives y Antoni Palerm, junto al reparto del montaje. Foto: MIQUEL ÀNGEL CAÑELLAS

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JONAS CLIMENT

La Sala Mozart del Auditòrium de Palma acogerá del 27 de febrero al 2 de marzo Playing Hamlet o les runes de Shakespeare, un montaje de la Factoría Produccions Culturals, escrito y dirigido por Rafel Vives y Antoni Palerm, en una revisión de los textos de Shakespeare.

«Tenía que ser una versión de Hamlet, pero se convirtió en una obra con entidad propia», explican los directores, quienes han establecido un paralelismo entre el drama del famoso príncipe y su propio texto.

La obra narra la historia de un acomodador que termina ocupando el teatro en ruinas donde antiguamente trabajaba. Apartado de la sociedad, el protagonista se dedica a jugar a ser Hamlet sobre las viejas tablas del escenario. Su soledad y largos monólogos shakesperianos se ven interrumpidos cuando, en un día lluvioso, dos marginados deciden darse cobijo en su teatro. De esta nueva configuración surge un ambiente circense, donde el nuevo trío de personajes dará vida a los nobles de la corte de Dinamarca en una extravagante y humilde versión de la obra de Shakespeare.

Rafel Ramis, convertido en actor de moda por su papel en Yo, el largometraje de Rafa Cortès, da vida a esta decadente reencarnación del príncipe Hamlet. «Rafel es alto, joven y guapo, sólo le falta ser rubio», bromean con cariño los directores. Lejos de la imagen de un Kenneth Branagh o un Mel Gibson, ambos, actores que han dado vida al príncipe en el cine, Ramis es la persona en quien los directores pensaron mientras escribían el guión. «Él es el único que puede hacer esto», sentencian en un gran halago.

«Es un gran reto poder probar un poco de Hamlet, uno de los personajes más maravillosos del teatro», explica entusiasmado Rafel Ramis en uno de los ensayos. Aunque, confiesa, que el papel es de los más «exigentes» que ha hecho.

El reparto lo completan otras dos caras conocidas del teatro y la televisión, Enric García y Jerònia Coll, cuyos personajes serán los compañeros de farándula de Hamlet, siguiendo sus órdenes en un interesante ejercicio de metateatro, que exige al trío actoral un gran ejercicio de interpretación.