«Ya podemos hablar de un festival consolidado», explica Joan Matamalas, director del Cooldays Festival, por teléfono, antes de pasar por el arco de seguridad del aeropuerto de Palma. El Cooldays llega a su cuarta edición y lo hace confirmando la ambición de un evento que ha ido creciendo hasta convertirse en uno de los mayores reclamos del Teatre d'Artà. «Ya tenemos un público y contamos con el respaldo del Ajuntament y del Consell Insular. Estamos demostrando que un festival de este tipo, más alternativo, tiene cabida en la programación del teatro».
La IV edición del Cooldays Festival se celebrará a lo largo de los dos próximos fines de semana, los días 16, 17 y 18, 23 y 24 de mayo, cinco noches dedicadas a propuestas escénicas tan alejadas entre sí como el teatro de objetos que propone la compañía PlayGround en su espectáculo El rei de la soledat o el concierto que ofrecerá en Artà CocoRosie, el dúo formado por las hermanas Casady, uno de los últimos fetiches de la escena independiente. «Desde el principio tuvimos claro que debía tratarse de un festival multidisciplinar abierto a las nuevas tendencias», explica Matamalas.
La programación se inicia el día 16 con uno de los platos fuertes, la actuación de la compañía catalana La Quintana Teatro, galardonada recientemente con un Premio Max al espectáculo revelación con Desde lo invisible, obra en la que trabajan a partir del texto, la danza y la música. El día 17 será el momento de Playground y su propuesta, una obra sin texto, aunque poética y, sobre todo, visual.
También sorprendente es Clar de llunes, la composición del catalán Pep Bou, maestro en el arte de hacer burbujas de jabón, programada para el 18 de mayo. Matamalas también destaca la única propuesta local, la actuación de la compañía de danza Au Ments, que ofrecerá su Accions/Reaccions. Finalmente, CocoRosie pondrá el broche el 24 con uno de los conciertos más esperados del mes de mayo. «Hay gente que vendrá desde la Península sólo para ver el concierto. También nos han llamado desde Menorca. Es otra de las ideas detrás del festival, que poco a poco vaya tomando fuerza y, a pesar de realizarse en un pueblo que mucha gente todavía no conoce, se convierta en un referente», sentencia Matamalas. Por ahora, ya se han vendido cientos de entradas para ese último concierto con el que llegará a su fin una cuarta edición del festival en la que la organización ha volcado de nuevo toda su ambición.
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