20/07/08 0:00
CARLOS RUIZ
Viejos tiempos resucitaron anoche en Porreres. La luna llena fue testigo del renacer de Extremoduro. Tras cuatro años sin tocar, el grupo extremeño volvió a deleitar a sus impacientes seguidores, que abarrotaron el parque N'Hevereta de la localidad mallorquina. Un escenario austero, sin muchos alardes, donde el único foco de atención fue la voz y guitarra de Robe y los suyos. Todo era como antaño, el mejor rock español en un ambiente coloreado por litros de cerveza y tabaco aliñado, en fin, el rollo de siempre. Clásicos como Deltoya o Golfa dieron inicio a un concierto que duró dos horas y donde se tocaron dos temas del próximo disco del grupo que verá la luz en septiembre.
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