TW
0
JONAS CLIMENT Ahora que se cumplen diez años desde que iniciase su carrera en solitario tras la disolución de El Último de la Fila, el motor de Manolo García sigue funcionando a pleno rendimiento. ¿Su carburante? «La ilusión, la curiosidad, las ganas de vivir y de comunicar», confiesa este cantautor que prefiere avanzar despacio por caminos de tierra y disfrutar del trayecto, que ir demasiado rápido y dejar un rastro de petroleo sobre el asfalto.

Manolo García se personó ayer en el Palma Arena para presentar el concierto que ofrecerá hoy, a las 22.00, en este mismo recinto. Relajado, cercano y dispuesto a mostrar su faceta más ecologista, el músico habló de su carrera y de su último trabajo, Saldremos a la lluvia. «Éste es mi disco más serio y trata del amor a la naturaleza, la madre que nos da la vida», anunció, recordando que «este planeta tiene unos recursos finitos». En consecuencia, durante el concierto Amics de la Terra presentará su campaña europea S.O.S Clima para conseguir reducir las emisiones de CO2 anualmente. Para el cantautor, «aunque hay una parte de políticos concienciados, la gran mayoría de ellos se dejan la cuestión del cambio climático en el cajón» a pesar de que, según explicó, una mayoría de científicos han advertido ya sobre este problema. Sin embargo, Manolo García reconoce que esta situación tiene difícil solución mientras sigamos siendo «esclavos del petróleo».

Aunque, en ocasiones, las actitudes de denuncia pueden salpicarse de negatividad o, incluso, de esa pseudo-superiodidad derivada de atreverse a aconsejar a los demás, sucede al contrario con este cantautor catalán, quien se expresa en términos humildes y relativos («yo no quiero ser el abanderado de ningún movimiento», explica), pero, sobretodo, lleno de «esperanza». La misma que tan bien sabe reflejar en esas canciones alegres y energéticas que le acompañan disco tras disco.

El mensaje de este aún más comprometido Manolo García es sencillo y cada vez compartido por más gente. Por esa misma sociedad civil en quien dice confiar para iniciar el cambio de rumbo. «No quiero que las generaciones venideras se encuentren con un planeta completamente asfaltado», resume, citando una imagen que le atormenta: «vivir en un mundo como el de la película Blade Runner».

El catalán regresa ahora a Mallorca, de cuya gente y paisajes dice estar «enamorado», para reencontrarse con «un público que siempre me recibe bien» y compartir con ellos sus éxitos de siempre y algunos de los mejores momentos de Saldremos a la lluvia, un nuevo trabajo de inspiración griega pero cuya «espina dorsal sigue siendo el pop rock». Sus referentes tampoco han cambiado: The Eagles, Led Zeppelin y Bob Dylan.

Respecto al reciente aluvión de regresos de bandas, el cantautor no quiere dar falsas esperanzas a los más nostálgicos de El Último de la Fila. «Los discos de Quimi Portet son excelentes pero cada uno tiene su propio discurso y ahora es imposible que nos juntemos», aclara.