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ANA LARGO

En los setenta, Joan Miró estampó su Serie Mallorca. Una década después algunos de los motivos iconográficos que componen este famoso conjunto de nueve grabados fueron elegidos personalmente por el artista para ilustrar seis velas con las que se promocionó Palma. Los dibujos fueron realizados por un dibujante y un pintor profesional expertos en carteleras de cine.

Sin embargo, ésta es sólo una de las muchas demostraciones de afecto de Joan Miró con la Isla. Durante casi treinta años Miró trabajó en Mallorca, la misma que visitaba de niño; aquella que le conquistó de adulto y donde decidió pasar hasta el último día de su vida. Pero hablar de Miró y Mallorca, es también hablar de Sóller, de su familia, de sus veranos en la Vall.

Este sábado la ciudad nombrará a Joan Miró hijo adoptivo. Con motivo de este acontecimiento, se han organizado diferentes actos con los que se recordará la vida del pintor y se homenajeará su obra.

Así, veintiseis años después de la creación de estas velas en las que se plasmaron algunos detalles de la iconografía más representativa del universo mironiano, dos de ellas se expondrán en la estación del Ferrocarril de Sóller. La inauguración de esta muestra tendrá lugar mañana a las 20.00 horas y coincidirá también con la presentación de la exposición fotográfica Moments de Miró. Tras este acto, en el Port de Sóller se presentará una muestra de esculturas dedicadas al fallecido Javier Mayol, presidente del Ferrocaril de Sóller. Las telas elegidas para esta muestra «son las más representativas y las que cuentan con los elementos mironianos más identificativos», explicó ayer Dolores Durán, que se ha encargado de la instalación de estas piezas, que se exhibirán en la estación de forma permanente.

Con este acto, organizado por la Fundació Tren de l'Art, se rendirá tributo a uno de los artistas que han contribuido a promocionar, gracias a su brillante obra, Mallorca y Balears por todo el mundo.

Cabe recordar que los nietos del artista Emilio Fernández y Joan Punyet cedieron tres de las velas que se encuentran en mejor estado a la Fundació Tren de l'Art. Dos de ellas, podrán verse a partir de mañana en Sóller; la otra, está pendiente de que se instale en la estación del tren de Sóller en Palma.

Las velas se mostraron por primera vez en Viena, en 1982. Años más tarde, se vieron en sa Llonja y la última ocasión en que se exhibieron fue el pasado en mayo con motivo del Firó de Sóller.

Hace unos meses se descubrieron estas telas mironianas en unos almacenes municipales, donde fueron restauradas, ya que algunas de ellas se encontraban en bastante mal estado de conservación.

Ahora hondearán en la Ciutat de la Vall, donde la figura de Joan Miró ha estado siempre presente.