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El poeta catalán Joan Margarit (Sanaüja, Lleida, 1938) ha ganado el Premio Nacional de Poesía, que otorga el Ministerio de Cultura, por su poemario Casa de Misericordia, obra que ya había obtenido el Premio Nacional de la Crítica, el Rosalía de Castro, el Cavall Verd de la Associació d'Escriptors en Llengua Catalana (AELC), que recogió en Mallorca hace unos meses, y el de Poesía de Catalunya.

El galardón, dotado con 20.000 euros, se concede a la mejor obra de poesía publicada en 2007 en español o en algunas de las otras lenguas cooficiales.
«Este poemario me ha aportado muchas cosas buenas, ya ha recibido muchos premios, el Nacional de la Crítica, el Rosalía de Castro y el de poesía de Catalunya; pero para mí, no es más que otro libro, sólo que éste ha sido tocado por la suerte, por el azar, o porque también llevo muchos años en esta vida, y ese ha sido el detonante», dice el galardonado.

Margarit, cuya formación y trabajo como arquitecto ha dejado huella en la intensidad de su poesía, dice que Casa de Misericordia nació tras una visita a una exposición sobre las casas de misericordia o de acogida.

Para Margarit, hoy, «fuera de la poesía, el hombre está a la intemperie y eso lo sabe la gente. No en vano leen poesía, compran libros y ésta goza de buena salud. Porque la poesía que se hace en castellano, catalán, gallego o euskera es muy buena, por encima de la francesa o italiana», sostiene el poeta para añadir que la poesía latinoamericana «es más baja que la que se escribe en castellano». Desmitificador de toda las corrientes poéticas -«sólo hay poesía buena o mala, porque la poesía no puede ser mediocre», añade-, afirma que «el poeta es el ser más realista, el mas pragmático, porque bebe de la realidad. Lo que no es pragmático es la economía», dice.