El restaurador Eudald Guillamet, muy ligado a Mallorca, trabajó con Miquel Barceló en la cúpula de la ONU.

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MARIANA DÍAZ

Igual restaura la bóveda de la Sala Capitular de la Seu o coordina la restauración de los grafitos de Joan Miró en Son Boter, lo que hizo en 2003 y 2004, que unas pinturas rupestres en el Sáhara sobre las que escribieron sus nombres los cascos azules de la ONU, trabajo que acometerá próximamente. Eudald Guillamet, restaurador andorrano, fue el «brazo derecho técnico» de Miquel Barceló en la cúpula de la Sala de los Derechos Humanos de Ginebra, un trabajo que calificó de «complicado» y «fascinante».

-¿Cómo se desarrolló su labor en la cúpula, al lado de Barceló?

-Me convertí en el brazo derecho técnico de Barceló en un equipo de 14 personas procedentes de Bellas Artes y restauradores. Al principio, llevaba la coordinación general de todo, lo que podríamos denominar la producción, buscar presupuestos, proveedores, distribuidores; luego comenzó la búsqueda del material para hacer el relieve y diría que contactamos con todas las empresas y fabricantes de plásticos del mundo, vino gente de Bayer, Dupont y de muchas otras. Todo esto lo podríamos resumir en conseguir que se plasmara físicamente la idea de Barceló.

-Él contó que la obra les dio muchos problemas. ¿Cómo la recuerda usted?

-Sí que hubo problemas. Por ejemplo, al principio se hicieron unas pruebas con pasta de papel y una resina sintética que no se prolongaba, las estalactitas más grandes se tenían que armar y Barceló no quería nada armado que diera la sensación de falso, quería una cosa muy aleatoria, muy natural, y en eso Miquel es muy estricto. Yo estaba de acuerdo con él, necesitábamos algo ligero y que se pudiera alargar.

-¿De qué forma lo solucionaron?

-Cuando encontramos una resina epoxídica muy ligera que se adhiere muy bien. Entonces, él marcó sobre plano y sobre la cúpula, que previamente habíamos cuadriculado, donde quería las estalactitas más largas, más cortas; esto lo marcó con bolas de colores que disparó con una enorme pistola. Estuvimos más de un mes poniendo estalactitas.

-Parece que fue difícil.

-Fue uno de los trabajos más complicados que he hecho y estoy muy contento del resultado, de lo que hemos hecho y de la calidad extraordinaria de los materiales elegidos por Barceló.

-¿Qué tipo de complicaciones hubo?

-La primera, encontrar materiales con garantías de perdurabilidad, que fuese compatible con los pigmentos y colores. Ese fue el criterio base, la conservación de todo el conjunto, por eso se hicieron muchas pruebas y un estudio muy concienzudo interesantísimo.

-¿Qué opina del coste?

-Ni me lo planteo, como tampoco me planteo lo que vale un cuadro de Barceló. Hemos buscado dentro de los mejores materiales, los más idóneos, los de mejor calidad, se ha regateado hasta el último euro, pedí muchos presupuestos, todo está archivado. Yo entregué a la Fundación Onuart un informe de 80 páginas y los anexos son casi 300. Lo que sucedió fue que los políticos lo comunicaron mal y los 20 millones fueron para toda la sala, no sólo para la cúpula.

-¿Y qué piensa de la polémica que se ha organizado?

-En este proyecto tenía que estar todo el mundo muy metido, así que te salgan con tonterías te fastidia, pero no me preocupa, es pura política.

-¿Será usted el conservador de la cúpula?

-Yo hice unas recomendaciones en unas conclusiones del informe; por otra parte, seguimos las recomendaciones del ICOM [Consejo Internacional de Museos perteneciente a la UNESCO] y las aplicamos con los ingenieros que llevaban la obra de la sala, que eran suizos, con los que nos reuníamos todos los martes durante dos horas. De todas formas, hasta que no se termine el resto de la obra, todas las instalaciones de la sala, no lo sabremos.

-¿Qué pensó cuando vio la cúpula finalizada?

-Me temblaron las piernas cuando me coloqué debajo, fue más interesante de lo que me esperaba, fue muy emocionante. Estos trabajos tan largos representan mucho esfuerzo, tanto físico, como mental, como moral, a veces no ves salida, pero la fase final resultó muy gratificante.

-¿Aguantarán las estalactitas?

-Están pegadas y atornilladas con tornillos de acero inoxidable.