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CELIA HEREDIA Su amor por los tangos, la samba y, en definitiva, la música con la que recorrió medio mundo sonó ayer en el funeral del músico y pintor Bernat Estaràs, que tuvo lugar en la iglesia de Sant Bartomeu de Valldemossa.

La despedida de uno de los componentes de Els Valldemossa congregó a varios cientos de personas, entre las que se encontraban familiares, amigos y conocidos de la villa. «Lo adorábamos, era un bohemio con un corazón muy grande, pero que paraba poco por aquí», apuntó Joan Estrades, administrador de Correos del municipio.

Más amigo del presente que del futuro, a Bernat Reüll, -su nombre como pintor-, sólo le preocupaba que un día su voz no le permitiera cantar, por eso decidió empezar con la pintura, «para tener otra forma de expresarse», comentó el pintor Nils Burwitz a la salida del funeral, donde también se pudo ver al galerista Joan Oliver 'Maneu'.

La ceremonia estuvo cargada de momentos emotivos. Su hermano Tomeu, recién llegado de la India, quiso que esta despedida sonara a la música que le gustaba a Bernat. De este modo, durante el funeral se pudo escuchar un tema de Piazzola, interpretado por el propio Tomeu y el empresario musical y amigo Miquel Brunet, para después continuar con Samba para no morir, cantada por Gènia Tobin junto al guitarrista Martín Díaz, quien solía poner música en las inauguraciones de pintura de Reül. Las palabras de su nieta Lara, quien aseguró que su abuelo «era una persona formidable a la que siempre le gustaba regalar canciones a sus amigos», precedieron a Fernando Patuto, la voz para el tango Nostalgia.

Entre los asistentes, el alcalde de Valldemossa, Jaume Vidal; el director insular de Cultura, Maties Garcias, y la presidenta del Partido Popular, Rosa Estaràs.