El reparto incluye a Tobias Moretti, el primer policía que acompañó al perro de la serie Rex, y María Grazia Cucinotta, actriz del filme El cartero y Pablo Neruda.

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JONAS CLIMENT

«Es imposible huir de quien eres, de lo que has hecho en el pasado». Esta es la premisa del segundo largometraje de David Carreras, Flores negras, que se estrenará en marzo de 2009. El filme, para el que ha fichaje al actor mallorquín Pep Tosar, narra la historia de «un hombre que estuvo en el servicio secreto y veinte años más tarde le vienen a buscar para que termine un asunto pendiente».

Tras su ópera prima, Hypnos, el cineasta catalán afincado en Sóller se inspira ahora en la novela Flores negras para Michael Roddick, de Daniel Vázquez Sallés, para ofrecer un trabajo en la mejor tradición de los «filmes de espías de los años cincuenta, al estilo de El tercer hombre», explica Carreras.

El cineasta reinterpreta este último género en clave post: «Tras la caída del muro de Berlín, un millón de agentes secretos se quedaron en el paro». Una buena parte de ellos se convirtieron en marginados sociales o abrieron algún negocio pero «el resto continuó haciendo lo que había hecho antes, utilizando la información para ganar un montón de dinero». Este es el trasfondo de «una historia llena de giros, traiciones y donde nadie es totalmente bueno o malo», explica el director.

Tanto en la ficción como en la realidad, la película se mueve en un ámbito internacional. Coproducida por España, Alemania y Austria, la cinta se ha rodado en Viena, Graz y Barcelona, ciudades que aparecen en el filme como ellas mismas y como recreaciones de otras ciudades: Moscú, Munich, Berlín y la región del Cáucaso.

Estos últimos son los escenarios que transita un plantel igualmente internacional: Tobias Moretti (el primer policía que acompañó al perro de la serie Rex); María Grazia Cucinotta (El cartero y Pablo Neruda); Maximilian Schell (oscarizado por Vencedores o vencidos); Eduard Fernández (Smoking room); Marta Etura (Las Trece Rosas), Belén Fabra (Diario de una ninfómana); Héctor Colomé (AzulOscuroCasiNegro) y el mallorquín Pep Tosar (Somnis de somnis). Disponer de este reparto de «altísimo nivel» ha supuesto una buena parte de los tres millones de euros con los que ha contado la producción del filme.

«No queremos que Flores negras parezca una película, sino algo real», explica Carreras, quien lejos de glamourizar el mundo de los espías apuesta por una cinta «de personajes, de gente normal metida en líos muy gordos». Para reforzar esa sensación de realismo, «el metraje está rodado a color durante la parte ambientada en los ochenta, mientras que para la época actual utilizamos un quince por ciento de cromo». Este último recurso, cercano al blanco y negro, juega un papel importante en un cinéma vérité que el director alimenta también con «imágenes muy contrastadas» y el uso de «la cámara en mano durante toda la película». Que no se asusten los enemigos del Dogma 95, los fotogramas de esta cinta rodada con una cámara Arri D21 «respiran, pero no tiemblan».

Después de que el filme se presente a la Berlinale y el Brooklyn International Film Festival, al director le gustaría hacer un «preestreno en Palma o en Sóller» antes del estreno general previsto para marzo. Carreras también sueña con que Mallorca tenga un festival internacional de cine «de primera línea» y aproveche el potencial de la Isla como un gigantesco plató natural.