Cuando se construyo la Biblioteca del Estado en Can Salas el fondo bibliográfico Montision pasó a la misma, pero no así el contenedor de los libros, las fantásticas estanterías de pino y ciprés decoradas con un impresionante bestiario. Ni en el proyecto arquitectónico de Can Salas entonces, ni en el del Arxiu del Regne ahora, ambos redactados por técnicos del Ministerio de Cultura, se ha contemplado la ubicación de estos cuatro frentes de estanterías que ocupan una sala en un edificio de propiedad estatal.
Pere Joan Martorell, director general de Cultura, confirmaba a este diario que los técnicos del citado ministerio aún no habían dado una solución a su futura ubicación, un asunto que el Gobierno central demora desde hace bastantes años.
No obstante, la Conselleria ha acometido la limpieza y restauración de esta pieza, respetada por la carcoma a lo largo de tres siglos. «El mobiliario ha estado bien conservado y guardado, no le ha dado el sol, en la estancia no ha habido humedad y las condiciones de temperatura han sido las adecuadas», explicaba ayer la restauradora Kika Coll, quien apuntó que éstas serán sus recomendaciones para su conservación en el futuro. La «eliminación del polvo» de manera cotidiana, evitando, sobre todo, que se deposite y acumule en los elementos decorativos, también constarán en el informe que entregue a la Conselleria una vez finalice el trabajo de limpieza y tratamiento preventivo contra los insectos.
Mercedes Gambús, profesora de la Universitat de les Illes, publicó en 1997, en la colección Trabajos del Museo de Mallorca, Una escenografía luliana en la antigua librería del colegio de Montesion, historia y análisis de estas piezas, originarias del colegio de los jesuitas.
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