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C.DOMENEC / BARCELONA Las largas colas a la entrada de la exposición Joaquim Mir. Antológica (1873-1940) presagian que se convertirá en uno de los montajes de la temporada en CaixaFòrum de Barcelona.

La exposición, comisariada por Francesc Miralles con Nadia Hernández y Olga Sauquet como comisarias adjuntas, recoge ochenta piezas del pintor catalán, alguna de la cuales no se habían mostrado nunca en público. «Mir no buscaba la naturaleza; la encontraba o, mejor dicho, la creaba; por la intensidad de su mirada, por la visión profunda que le provocaba la luz», cita Miralles. Una selección de filmaciones realizadas entre 1930 y 1936 por Joaquim Mir, cedidas por su hijo Josep, descubre el entorno familiar del artista y autorretratos.

Entre las obras más conocidas, figuran los paisajes que realizó entre 1900 y 1904 en Mallorca. En esos años inició los conjuntos decorativos de los murales de la Casa Trinxet de Barcelona, propiedad de su tío Avel·lí Trinxet, y los tres grandes cuadros para el comedor del Gran Hotel de Palma. La crítica de arte Assumpta Rosés repasará el 4 de marzo los escenarios naturales mallorquines de la pintura de Joaquim Mir con una conferencia titulada Mallorca: Identificación con las fuerzas creadoras de la naturaleza. Libertad y Abstracción (1900-1904). La muestra viajará en mayo al Bellas Artes de Bilbao.