Un estudio sobre la azulejería polícroma del pavimento de la iglesia y las capillas de la Reial Cartoixa de Valldemossa revela que varios de los diseños, datados entre los siglos XVIII y XIX, fueron elaborados en Mallorca. Hasta ahora esta hipótesis no se había podido corroborar y con ella se desmiente la afirmación de que no hubo producción local antes de la fundación de la fábrica de cerámica La Roqueta, en 1897.
Dicho estudio fue iniciado hace una década por la doctora en historia del arte Concepció Bauçà de Mirabò con motivo de la elaboración de su tesis doctoral, titulada La Real Cartuja de Valldemossa. Formación y evolución de su patrimonio histórico-artístico. En ella, la experta desarrolló un minucioso trabajo de catalogación de cada una de las piezas de las cuarenta series existentes, ya que «nunca se habían estudiado y muchos de estos azulejos, algunos inéditos, eran desconocidos para los especialistas», apuntó. Ahora esta investigación la ha continuado el Grup de Conservació del Patrimoni Artístic-Religiós de la Universitat de les Illes Balears, del que ella forma parte, que ha demostrado, por primera vez, que en la Isla hubo una producción azulejera anterior al modernismo.
Para alcanzar estas conclusiones se han analizado las piezas químicamente. «Seleccionamos un total de doce series que consideramos que, dada su fabricación y pobre técnica, podrían haberse realizado aquí», comentó Concepció Bauçà. El resto de piezas llegaban de Catalunya y Valencia, donde había más tradición en este arte y donde la cerámica «tenía más fama».
El grupo de la UIB trabaja ahora en descubrir dónde se elaboraron esas piezas. «La Cartoixa de Valldemossa tenía un tejar donde los cartujos elaboraban baldosas. Si ellos hacían aquellas piezas, puede que estos azulejos polícromos tengan fallos porque también los elaboraban ellos», reflexionó la historiadora del arte. Sin embargo, esto es algo que aún no han podido confirmar.
La conservación de este pavimento «debería ser una prioridad porque la Cartoixa es uno de los monumentos más visitados de la Isla, -motivo por el que también se ha ido degradando- y porque es un referente cultural». «En Mallorca, no quedan iglesias pavimentadas con cerámica polícroma de Balears», añade.
El suelo de la Cartoixa es «único» en España por su complejo diseño de combinación de piedra y azulejos. Concepció Bauçà adelantó que desde la UIB no descartan presentar un proyecto de restauración de este suelo gravemente afectado por la humedad y la circulación de los turistas; un pavimento casi inexistente, que se ha ido perdiendo y cuya recuperación será evidentemente altamente costosa y, si se demora en exceso, difícilmente recuperable.
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