Dirigido por Paco Mir y Joan Gracia, de El Tricicle, y con guión propio, se sube al escenario sólo en compañía de un pianista, César Belda, «por necesidad terapéutica» para dar rienda suelta a «ese rebelde que llevo dentro desde la infancia».
En un ejercicio que combina lo actoral con lo humorístico, "a Millan Salcedo le gusta recordar su formación en Arte Dramático y su paso por el teatro de texto a las órdenes de Miguel Narros interpretando a Herodes en Salomé, de Oscar Wilde", el actor cuenta que, en este espectáculo, «recupero ese personaje dicharachero y charlatán» que le hizo tan popular como parte de «un legado, un patrimonio» al que no renuncia porque tiene claro que forma parte «de la memoria colectiva».
De la obra dice que es «una ensalada de cosas, siempre en clave de humor, en la que canto y hasta bailo» y en la que, curiosamente, no utiliza el humor político para hacer reír al público.
Si esa hora y media sobre el escenario es como «una terapia de dentro para afuera, y al revés», Millán la califica también de «risoterapia» para el espectador ya que opina que siempre, pero en especial en tiempos como los actuales, «tenemos que aprender a reír».
Risa, humor inteligente, música. Millán Salcedo agita estos elementos en la coctelera del teatro, subido a su piano verde porque reconoce que «me sigue gustando mi trabajo».
Consciente de que «Josema y yo nos separamos a tiempo» y de que «aquel éxito no volverá», el actor continúa con deseos de seguir arrancando sonrisas a la gente.
Millán Salcedo. Yo me subí a un piano verde. 6 y 7 de marzo. 28 euros entrada única.
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