Imagen de archivo del actor en Palma, en la presentación de 'Rubianes, solamente', en 2006.

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EFE/ R.C.

El actor cómico y director teatral Pepe Rubianes falleció ayer en Barcelona a los 61 años, a consecuencia de un cáncer de pulmón, que en 2008 le obligó a dejar las tablas, y que finalmente ha acabado con la vida de uno de los grandes cómicos de la escena española irreverente. El humorista, de origen gallego, vivió casi toda su vida en Barcelona, donde desarrolló la mayor parte de su carrera profesional, conocida sobre todo por sus irónicos monólogos. Habitual de los escenarios palmesanos, especialmente del Auditòrium de Palma, Rubianes aterrizó por última vez en la Isla para presentar el espectáculo Rubianes, solamente.

Es «irrepetible porque no hay nadie como él; para mí es un día muy triste, porque son muchos años, años de vivir juntos muchas aventuras, muchos kilómetros juntos en la carretera», señaló Toni Coll, amigo y representante del actor, cuyo funeral se celebrará hoy en el tanatorio de Sancho Dávila, «en la más estricta intimidad».

Personalidades de la política, de los medios de comunicación y de las artes escénicas no escatimaron en elogios al hablar de la personalidad del actor. El presidente de la Generalitat, José Montilla, calificó de «gran pérdida para la cultura catalana y del país» la muerte del actor. Desde el mundo del espectáculo, el dramaturgo y director de Els Joglars, Albert Boadella, reconoció que la noticia ha sido «personalmente muy mala» y aseguró que «tenía un gran aprecio artístico» por él y por «su sentido del teatro». Por su parte, el actor catalán Manel Barceló aseguró que Rubianes era «toda una personalidad, más genio que artista, ya que ha ido más allá de lo que la profesión nos suele dar». Además, se refirió a él como «un actor indefinible» que «hizo su carrera por sí mismo». Barceló recordó a Rubianes como «un referente en los monólogos y todo un personaje destacado por su ironía, sarcasmo y generosidad consigo mismo y con los demás».

El actor será siempre recordado por las polémicas declaraciones que hizo, en 2006, en un programa de TV3, cuando le preguntaron sobre la unidad de España. Rubianes entonces dejó claro que no le importaba en absoluto ese tema. La Asociación por la Defensa de la Nación Española denunció las declaraciones y el actor se disculpó públicamente y aseguró que sus comentarios sólo iban referidos a una determinada concepción de España. Sin embargo, estas opiniones le costaron la representación de Lorca eran todos en el Teatro Español, un montaje creado y dirigido por él mismo y con el que rendía homenaje a Federico García Lorca y a los desaparecidos en la Guerra Civil.

Polémico, atrevido y sin pelos en la lengua, Pepe Rubianes tuvo que suspender el pasado abril las funciones de su último espectáculo, La Sonrisa Etíope, en el que había puesto muchas ilusiones, al detectársele el cáncer. Su última intervención fue en julio pasado cuando prestó su voz al personaje de Dios en el musical Monthy Python's Spamalot, de Tricicle. Rubianes debutó en el teatro con Dagoll Dagom en No hablaré en clase y Antaviana; participó en la Operación Ubú, con Els Joglars, y en 1982 emprendió carrera en solitario alcanzando gran éxito en el escenario con Rubianes, solamente, en 1997.