De la bóveda interior de la torre, en la parte de abajo de la imagen, se han desprendido sillares, por lo que su estabilidad corre peligro.

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MARIANA DÍAZ / MARGALIDA RAMIS
Pendiente sólo de la licencia municipal de obras, que será contestada con una querella por parte de la familia de Lorenzo Ordinas, en el departamento de Patrimoni Històric del Consell están listos para enviar a su brigada y a un arqueólogo al Castell d'Alaró para iniciar las obras de urgencia. En el proyecto de intervención en este Bien de Interés Cultural (BIC), que el Estado acaba de reconocer como de su propiedad, se habla de la «necesidad de actuación a corto plazo».

Los muros, los cinco aljibes y las dos torres, una de ellas la del Homenatge o Torre de las Ànimas, "las construcciones que pertenecen al Estado, según éste ha reconocido en un documento enviado a Patrimoni Històric autorizando la intervención", se encuentran cubiertos de vegetación y en algunas zonas se han perdido por completo los elementos de mampostería o el mortero que sujetaba los muros. Además, la torre, abierta en su parte superior, ha sufrido durante siglos las inclemencias del tiempo. Así se explica en el citado proyecto de restauración elaborado por los técnicos de Patrimoni.

Mateo Marcus, presidente de la Fundació Amics del Castell d'Alaró, conoce bien el estado de esta construcción, sobre el que dice que «es malo y hay dos lugares en los que el muro corre peligro de desprendimiento, la Torre de l'Homenatge y un muro cercano a la misma». Una de las zonas más deterioradas es dicha torre que carece de cubierta.

Este elemento arquitectónico, que da acceso al castillo, tiene en su parte inferior una bóveda de la que, según explicó Marcus, «se han caído piedras». En el proyecto de rehabilitación se explica que estos desprendimientos generan «una situación de inestabilidad del conjunto que reclama a todas luces una intervención más que justificada en aras de evitar el colapso». Los operarios de Patrimoni deberán «apuntalarla totalmente» para, después, «comenzar a restaurarla reponiendo los elementos desprendidos y los morteros que garanticen su estabilidad»

Una vez que la torre quede asegurada, se reparará «la parte superior de la bóveda que, en la actualidad, se encuentra sometida a las inclemencias meteorológicas. Se protegerá la parte superior con una mezcla de arcilla, cal, polvo de ladrillo y áridos provista de las pertinentes pendientes que evitarán la actual acumulación de humedad».

Pero la torre ha padecido más avatares a lo largo del tiempo, como la merma de algunos de los sillares por culpa de la erosión, por lo que Patrimoni se propone paliarla con «la recuperación del volumen desaparecido» y se hará «mediante mortero de restauración a base de picadis de piedra de marés y cal».

De «estabilidad precaria» califica el proyecto la situación actual del muro vecino a la torre, el que corre mayor peligro de rodar ladera abajo. Los técnicos describen los «desprendimientos» de piedras y morteros «que deberían ser repuestos para garantizar su estabilidad».

Todas las estructuras del castillo están afectadas por la vegetación, que ha ido enraizando y creciendo entre las piedras y «resulta perjudicial para la estabilidad de los muros». Así que una de las primeras actuaciones que llevarán a cabo los operarios de Patrimoni será la eliminación de estas plantas y rastrojos.