Vicenç Ochoa cuelga en una galería francesa su 'Monde d'ombres'

El pintor, nacido en Alcúdia en 1963, se propone hacer reflexionar sobre «los poderes ocultos que mueven los hilos del mundo, que mueven nuestros destinos. Y ¡ yo no sé quiénes son!» , advierte. Y atención, porque este «mundo que vive a la sombra» no es en absoluto el de los políticos, ni mucho menos: «En realidad se trata de gente poderosa; los otros no hacen nada más que poner la cara y hacer el trabajo sucio». Ochoa enfoca de una manera sutil y sugerente el dilema que plantean sus cuadros: para responder a unas dudas tan inquietantes, utiliza colores vivos, alegres. Precisamente, decantándose por esta gama de colores muestra «cómo, a pesar de todo, no dejo de tener optimismo».

La «carga irónica sobre la política, la sociedad y la economía» se plasma a través de dos tipos de elementos. Por un lado, vegetación, y por el otro, formas geométricas.

Los árboles y plantas son los protagonistas de las obras de gran formato y evocan las creencias más antiguas de la humanidad, ya que «han sido referentes para muchas civilizaciones».

Como nos recuerda al catálogo de la muestra, los árboles también son uno de los signos «más fundamentales de innumerables tradiciones esotéricas». Para Ochoa, su presencia se relaciona con la vida del cosmos: una vida inagotable. Además, también son un «icono» ecológico.

Por otra parte, el resto de cuadros están dominados por rayas, círculos o rectángulos que se entrelazan. Representan «aristas que nos limitan, son las fronteras que nos marcamos». Algunos van acompañados de frases en francés, con mensajes más o menos ocultos: desde la protagonista «fraternidad de las cenizas», a los «necesarios 'diálogos en la frontera'», y las «'conversaciones al viento' con las que, veces, nos quejamos». Monde d'ombres es la primera muestra individual de Ochoa en el país galo, después de haber estado presente en formato colectivo. Aparte de Francia, fuera de España también ha expuesto en Italia, Holanda, Bélgica o Cuba.