La Reina fue recibida por Jesús Murgui, Francesc Antich y José A. Arenas, de la Federació de Corals.

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JOANA NICOLAU

Unos 500 cantaires de la Federació de Corals de les Illes Balears y la Capella Mallorquina unieron sus voces en un concierto sin precedentes en la Seu para interpretar el Réquiem de Mozart. El concierto contó con la asistencia de la Reina, acompañada por su hermana, la princesa Irene, y de más 4.000 personas que llenaron el templo. Algunos incluso tuvieron que seguir el concierto desde diferentes pantallas habilitadas en el exterior.

Las primeras autoridades de Balears, con el president Francesc Antich al frente, tampoco faltaron a esta cita musical, que contó en la dirección con el titular de la Capella, Josep Maria Moreno.

Momentos antes de la actuación, Moreno puso de relieve el reto que suponía este concierto, dada la dificultad técnica de dirigir tantas voces al unísono. Asimismo agradeció la total colaboración y entrega de los cantantes de la Federació y de la orquesta de la Capella, la Orquestra Clàssica de Mallorca.

Entre las voces de estos quinientos intérpretes sobresalieron como solistas las de un cuarteto de mallorquines que, como apuntó el director, «han encontrado fuera de Balears el reconocimiento que todavía no les ha brindado su tierra». Los escogidos fueron la soprano Sandra Galiano, la mezzosoprano María Luisa Corbacho, el tenor Juan Carlos Falcón y el bajo Josep Miquel Ribot.

El Réquiem de Mozart, una de las piezas más características de eta fechas, está considerada una de las grandes obras de la historia de la música. Moreno se refirió a ella como «una obra con una grandísima profundidad de sentimientos, una obra culmen en la que Mozart vuelca toda su fuerza y genialidad musical», lo que repercute en una mayor dificultad interpretativa.

En su mayor parte, el Réquiem fue escrito por el compositor bajo los delirios y dolores que le causaban las fiebres reumáticas, enfermedad de la que falleció antes de concluirlo. Con él, los quinientos intérpretes consiguieron un lleno absoluto en la Catedral.