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E.BALLESTERO/ F.MARÍ Antoni Domingo y Joana Maria Palou presentaron ayer ante el Consorci de Pol·lèntia las líneas básicas del futuro museo de la ciudad romana de Alcúdia. El proyecto museológico contempla la construcción de unas instalaciones de 3.200 metros cuadrados, de los que aproximadamente 1.000 metros cuadrados corresponden al espacio expositivo y el resto, a otras infraestructuras como almacenes, una sala de exposiciones temporales, una zona de uso restringido para laboratorio o un espacio polivalente, entre otros.


El proyecto todavía carece de un presupuesto concreto y el Consorci tendrá que buscar una fórmula realista de financiación con el fin de llevarlo a cabo. De hecho, el director general de Cultura del Govern, Pere Joan Martorell, y el alcalde d'Alcúdia, Miquel Ferrer, acordaron ayer viajar a Madrid con el propósito final de presentar dicho anteproyecto al Ministerio de Cultura y buscar su implicación económica.

El alcalde describió el proyecto como «bastante realista» y explicó que se puede completar en diferentes fases. Por ejemplo, el salón de actos podría hacerse en una segunda fase con el fin de reducir el coste económico y el almacén también se podrá construir mediante un sistema modular conforme se vaya adelantando en las excavaciones arqueológicas, teniendo en cuenta que se trata de un yacimiento mínimamente excavado. Este aspecto también lo destacó ayer uno de los redactores del anteproyecto, Antoni Domingo, quien se ha encargado de la parte arquitectónica del edificio. «Hace falta tener muy presente que Pol·lèntia es un yacimiento vivo, por lo que se tiene que tener en cuenta a la hora de diseñar el espacio, así como las dimensiones de los objetos a mostrar», explicó.

El estudio técnico analiza, entre otras cuestiones, la conveniencia de que el ámbito de actuación del museo se amplíe también al yacimiento y analiza cómo constituir los órganos de gestión de este espacio. El proyecto incorpora también un estudio del personal mínimo necesario para que el museo funcione correctamente.

Respecto a las piezas que se mostrarán, el informe señala que los restos hallados entre 1923 y 1985 son del Ministerio de Cultura; las localizadas entre en 1985 y en 1995 son del Govern, y los encontrados desde entonces son del Consell, según apuntó ayer al director insular de Patrimoni, Gabriel Cerdà.