TW
0
MARIANA DÍAZ El retablo principal de la capella fonda de la iglesia de Fornalutx, denominado del Roser, ha pasado de un estado «deplorable» a lucir casi como en la época en que fue construido, 1651. ¿El motivo? La rehabilitación a la que ha sido sometido por parte del personal del Taller de Restauració del Bisbat, dirigido por Antonia Reig, trabajo que ha sido pagado con una subvención de Cultura del Consell de Mallorca. El coste fue de 56.000 euros.

La capella fonda se encuentra en la parte izquierda del templo y en ella aún quedan otros dos retablos a la espera de que el párroco, Ricard Janer, consiga financiación para su puesta a punto. «Este sería un buen momento ya que aún tenemos el andamiaje utilizado para el del Roser», dice con cierta aflicción el sacerdote, sabedor de que su parroquia conserva un patrimonio que se va deteriorando a marchas forzadas por falta de dinero para mantenerlo en buen estado.

Por ejemplo, la citada capella es un foco de humedades, pues linda con un jardín. «El retablo del Roser estaba tocando la pared por la que se filtraba la humedad y cuando comenzamos a trabajar vimos que se apoyaba directamente en la tierra», recuerda Antonia Reig. ¿Las consecuencias? Que las termitas se habían cebado con esta obra barroca, tanto, que las columnas laterales «estaban huecas».

En cuanto al templo, también de estilo barroco, cuenta en su haber con una buena colección de piezas datadas a partir del siglo XV que, en general, necesitan un repaso a fondo por parte de los restauradores. Esto, de momento, no parece posible porque, como este diario ha publicado en distintas ocasiones, las finanzas de la Diócesis no están para grandes alegrías y es mucho el patrimonio histórico artístico que debe mantener.

Apesadumbrado, el párroco comenta que «todo lo que está al servicio del culto me horroriza que sea indigno; que una imagen que tenga que dar devoción esté en mal estado no me parece bien, es un patrimonio cultural del pueblo».