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JOSÉ SEVILLA x MADRID

«En Mallorca nos preocupan los extraterrestres porque ha habido avistamientos de ovnis que nos causan estrés. A ver si nuestros políticos y los suyos se deciden y se ponen en contacto ya». «¿Qué es una isla? Un trozo de tierra rodeada de hoteles en la que domina la corruptela marinera». Joan Miquel Oliver y Miquel Àngel Joan (Llonovoy) se dirigieron así a las más de 400 personas que el pasado viernes por la noche asistieron en el Círculo de Bellas Artes de Madrid a la invasión de Extraterrestres Baleàrics, un festival de música experimental, dibujos en directo y monólogos cáusticos.

Pascal Comelade & Bel Canto Orquestra con Max y Dr. Magneto (dj y autómatas) completaron esta propuesta de música con objetos reciclados, muñecas DJ, monólogos contra el cemento y los turistas que convierten Mallorca en una reserva india, burbujas de jabón, ovnis y hombrecillos verdes, organizado por Basurama y Transports Ciberians, y el apoyo del Institut Ramon Llull.

Rompió el hielo de los Extraterrestres '09 Baleàrics, que aterrizan en el planeta madrileño, Llonovoy, seudónimo de guerra del polifacético artista Miquel Àngel Joan quien, ataviado como un indio de la «reserva mallorquina» y la típica jarra de cerveza tamaño alemán, intenta proteger su tierra de depredadores invasores que convierten en alienígenas al personal autóctono. Risas en toda la sala durante veinte minutos.

Mientras, entre acto y acto pinchaba Dr. Magneto. Tià, su alter ego, señaló que «lo que me interesa es estar con estos artistas a los que admiro», dijo el músico, quien llenó la mesa de mezclas con muñecas con cabeza de bombilla.

El zenit de la velada llegó con el concierto de pop experimental de Pascal Comelade, acompañado de la Bel Canto Orquestra y los dibujos de Max que ilustraban los potentes ritmos de su amigo. Lo más curioso fueron los instrumentos que puso en liza: un globo que se infla y desinfla, los sonidos de dos botes de gel de ducha, una pajita estrujada, una cafetera o una taza de té convertida en flauta improvisada. Max siguió las locas melodías de la banda con sus dibujos casi improvisados visibles desde una pantalla gigante. «Es algo que espontáneamente hicimos en Barcelona y parece que sale bien», afirmó Max.

Finalmente, Joan Miquel Oliver presentó su segundo álbum, Bombón mallorquín, aludiendo desde el escenario a los ovnis que se avistan en Mallorca, al imparable paso del tiempo y a unas melodías mucho más íntimas y sosegadas que con su grupo Antònia Font. Le acompañaron en el escenario el batería de éste, Pere Debon, y Toni Pastor.