Este espacio se inauguró el pasado 23 de abril, día de Sant Jordi, y pese a que todavía falta más libros para ocupar sus estanterías, la biblioteca «ha tenido una gran aceptación entre la gente de la zona, sobre todo entre los más pequeños», dice la responsable, Roser Gru.
La biblioteca se ha ubicado en zona muy tranquila con una gran iluminación natural. Además, un parque infantil justo en la entrada ha propiciado que los pequeños se sientan atraídos por las numerosas ofertas culturales. La barriada se ha volcado con esta nueva propuesta y es que más de medio centenar de personas pasan cada tarde en busca de un espacio donde estudiar o leer y de donde sacar un libro que poder llevarse a casa.
El centro está totalmente restaurado y cuenta con una superficie de 273 metros cuadrados y mobiliario para treinta personas. Los más pequeños disponen de una sala, separada del resto, donde sentarse a leer, o a que les lean, los diversos libros que hay para ellos. La zona principal cuenta con diferentes espacios, todos conectados, con un gran número de estantes y mesas de todo tipo: de colores, para la lectura de los pequeños; otras más aisladas, y algunas más equipadas, donde aquellos que lo deseen podrán conectar sus portátiles y disfrutar de la conexión wi-fi. También hay a disposición de los usuarios unos sillones para una lectura más relajada de la prensa o de las revistas de las que disponen. Las estanterías cuentan ya con numerosos libros, principalmente para jóvenes, pese a que falta por llegar mucho material para adultos, sin olvidar los libros de consulta habitual entre los estudiantes escolares y universitarios.
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