Imagen promocional de Friendly Fires, que actuó ayer en el Festival Mallorca Rocks.

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Desde que en 2008 irrumpiesen en la escena indie británica, Friendly Fires se ha convertido en una de las bandas de referencia del brit pop más ecléctico y pomposo. Tras el lanzamiento de su primer álbum, Friendly Fires , el grupo se convirtió en una promesa. Ahora, con Pala , su segundo largo de estudio, Friendly Fires se ha establecido como un referente indie para su fieles segudores. La formación presentó ayer su nuevo material en el Hotel Mallorca Rocks de Magaluf.

«Estamos impacientes por tocar en Mallorca. Es nuestra primera vez. Es verano, la gente está de vacaciones y seguro que muy animada y dispuesta a pasarlo bien», señala Edd Gibson horas antes de subir al escenario del Festival Mallorca Rocks.

Gibson reconoce que existe un cambio en el sonido y en la producción de Pala respecto a su debut. «Siempre nos ha gustado tocar diferentes estilos, no te puedes encasillar. Esa es la razón por la que el nuevo disco suena más fresco y valiente. Pala es más pop y personal, necesitábamos un cambio».

«Cuando nos encerramos en el estudio decidimos ir más lejos. En Pala hay menos instrumentación y el proceso de escritura ha sido más arriesgado», explica Gibson, quien no se muestra muy a favor de las etiquetas musicales. «Suelen decirnos que somos una banda electro punk, pero no sé si es acertado. Nosotros hacemos lo que nos gusta».

El pasado fin de semana, Friendly Fires participó en el Festival de Glastonbury (Inglaterra) -junto a Coldplay o Beyoncé- con éxito, aunque Gibson se decanta «por clubs más pequeños, es donde realmente ves la respuesta a nuestra música».

Su próxima parada será el mes que viene en el Festival Internacional de Benicassil (FIB).